Kirguizistán vota en referéndum una polémica reforma constitucional

La población de Kirguizistán vota hoy en referéndum una polémica reforma constitucional que, entre otros aspectos, pretende reforzar los poderes del primer ministro en la única república parlamentaria del Asia Central postsoviética.

La reforma, propuesta por el Partido Socialdemócrata del presidente kirguís Almazbek Atambáyev, ya ha provocado la disolución de la coalición gobernante y la dimisión del Gobierno a finales del pasado mes de octubre.

La expresidenta del país centroasiático, Rosa Otumbáyeva, y el padre de la actual Constitución Omurbek Tekebáyev, se han pronunciado en contra de las enmiendas constitucionales propuestas por la principal fuerza política kirguís.

Si la reforma prospera, el primer ministro podrá nombrar y destituir a miembros de su Gabinete sin consultar con el presidente; designar a dirigentes de administraciones estatales sin el consenso de los consejos territoriales, y vetar proyectos de ley del Parlamento si éstos implican incrementar el gasto presupuestario.

La remodelación constitucional también busca endurecer las condiciones para una moción de censura al Gobierno: en lugar de una mayoría simple, necesaria en la actualidad, la propuesta para destituir al Ejecutivo deberá ser apoyada por al menos dos tercios de los parlamentarios.

Los críticos acusan a Atambáyev y a su entorno de querer permanecer en el poder gracias a la reforma constitucional: la Carta Magna limita a un único mandato de seis años la Presidencia, mientras que al cargo de primer ministro se puede optar tantas veces como se quiera.

El presidente kirguís, sin embargo, ha asegurado que no tiene intención de liderar el Gobierno una vez expire su mandato presidencial.

Por otro lado, la reforma quiere eliminar de la Constitución la obligación de cumplir con las decisiones de organismos internacionales de derechos humanos y prohibir expresamente el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Kirguizistán está considerado el país más democrático de Asia Central y las elecciones legislativas de octubre de 2015 fueron aprobadas por los observadores internacionales.

La antigua república soviética tiene minas de oro, pero carece de los recursos energéticos de sus vecinos, por lo que vive del comercio con China y de las remesas de sus emigrantes que trabajan principalmente en Rusia.