Líbano rechaza la resolución de la ONU por miedo a que los refugiados sirios permanezcan

El Gobierno libanés ha enviado una carta al Consejo de Seguridad de la ONU y a su Secretario general, Ban Ki-moon, en la que rechazó la resolución 2254 aprobada el pasado viernes, debido a su contenido respecto al regreso de los refugiados sirios a su país, informaron hoy los medios locales.

El ministro de Asuntos Exteriores, Yebrán Basil, explicó en la misiva que Ejecutivo teme que los refugiados sirios permanezcan en el Líbano al término de la guerra, ya que la resolución solo estipula el regreso de esas personas a su país de origen como un “acto voluntario”.

Según Basil, nada puede justificar su permanencia en el Líbano una vez que las causas detrás de su éxodo ya no existan y si permanecen será “por motivos económicos”.

Actualmente, el Líbano hospeda a más de un millón de refugiados y uno de cada cuatro residentes en el país son sirios, según datos de la Agencia de Refugiados de la ONU (ACNUR).

Por otra parte, el ministro libanés del Medio Ambiente, Mohamed Machnuk, anunció hoy en un comunicado que la Asamblea General de la ONU instó una vez más a Israel a pagar 856,4 millones de dólares al Líbano por el vertido de petróleo que provocó en el litoral del país durante la guerra de 2006.

Un total de 171 países votaron a favor, seis en contra y tres se abstuvieron, según la Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN), la cual señaló que entre los que se opusieron a esta resolución figuran, además de Israel, EEUU, Australia y Canadá, al igual que ya ocurrió en la primera votación el 19 de septiembre de 2014.

Esa resolución exigía a Israel una “recompensa rápida y adecuada” al Líbano y a los otros países afectados por el vertido de 15.000 toneladas de petróleo en el mar Mediterráneo tras el bombardeo israelí de la central eléctrica de Yieh, al sur de Beirut.

La ONU estimó en su momento que la marea negra perjudicó sobre todo al Líbano, cuyo litoral se vio afectado en casi su totalidad (unos 200 kilómetros), lo cual tuvo “graves consecuencias sobre los medios de existencia de los habitantes y la economía libanesa”.