Líder republicano mediará entre Trump y el presidente de Cámara Baja de EE.UU.

El presidente del Comité Nacional Republicano, Rience Priebus, afirmó hoy que mediará entre el precandidato a la Presidencia de Estados Unidos Donald Trump y el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, que ayer dijo que no está “preparado” para apoyar al magnate neoyorquino.

En una entrevista con el diario Politico, Priebus, secretario general del partido conservador, afirmó que ha hablado con Trump y le ha pedido paciencia para intentar conciliar posturas con facciones de la formación que rechazan las ideas populistas del empresario.

“Creo que te debes relajar y estar agradecido. Yo hablaré con Paul (Ryan) e intentaré que esto funcione”, explicó el jefe del Comité Nacional que le comentó a Trump.

Tras la victoria del magnate en las elecciones primarias de Indiana el pasado martes y la retirada inmediata del senador Ted Cruz, su principal rival, Priebus pidió unidad para ganar las elecciones de noviembre y declaró que el magnate de los casinos era el candidato oficioso, a la espera de la convención republicana de julio, que designará oficialmente al aspirante a la Casa Blanca.

Pero el secretario general dejó entrever hoy su frustración con Trump, con el que tendrá que lidiar hasta la celebración de la convención con la complicada misión de que la mayoría de líderes conservadores (que han mostrado su desdén por el discurso de Trump) respalden al candidato.

Priebus señaló que llevará tiempo que algunos republicanos asimilen la nueva realidad de un partido liderado por Trump, un “showman” televisivo sin experiencia en cargos públicos que ha conquistado con su discurso populista y contra la política tradicional a millones de votantes.

“Está intentándolo”, dijo con cierto tono de frustración Priebus, al referirse a la foto compartida ayer por Trump en las redes sociales en la que aparece comiendo un “taco bowl” (una versión estadounidense de un taco) con el pie de foto: “Amo a los hispanos”.

Trump ha declarado que en sus primeros 100 días de gobierno comenzará a planear la construcción de un muro en la frontera sur que deberá pagar México para taponar la inmigración ilegal, y a organizar la deportación de millones de indocumentados que viven en Estados Unidos.