Lituania celebra mañana la primera ronda de sus elecciones presidenciales

Unas 2,5 millones de personas están llamadas mañana a votar en Lituania en las elecciones presidenciales a las que se presentan nueve candidatos así como en un referendo sobre la ampliación de la doble nacionalidad a cerca de 800.000 personas que dejaron el país después de 1990.

La actual legislación lituana sólo permite la doble nacionalidad a quienes dejaron el país antes de 1990, lo que favorecía ante todo a los refugiados de la postguerra que huyeron de la ocupación soviética.

La nueva norma permitiría también la doble nacionalidad a los lituanos que dejaron el país tras 1990 y se hicieron ciudadanos de otro así como a sus niños.

Eso favorece por ejemplo a quienes dejaron Lituania entre 2008 y 2009, como consecuencia de la crisis económica, que en su mayoría son personas jóvenes, en edad de tener hijos.

Un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) concluyó en 2013 que la emigración sigue siendo uno de los principales problemas nacionales lituanos.

El referendo incluye otra pregunta sobre un proyecto para reducir el número de escaños del Parlamento.

Lituania tiene un régimen semipresidencial en el que el presidente tiene importantes atribuciones en política exterior. Todos los candidatos son partidarios de la permanencia de Lituania tanto en la Unión Europea (UE) como en la OTAN.

A la cabeza de las encuestas están el actual primer ministro, Saulius Skvernelis, de centro izquierda, la exministra de Finanzas conservadora Ingrida Simonyte y el economista independiente Gitanas Nauseda.

En el último sondeo publicado, realizado en abril, Simonyte tiene el 26,2 % de intención de votos y Nauseda el 24,6 %.

En esa encuesta Skvernelis alcanza sólo el 16,6 % pero puede verse beneficiado por el hecho de que otro de los candidatos, Naglis Puteikis, llamó a votar por al actual primer ministro lo que puede interpretarse como una renuncia de facto a su candidatura aunque su nombre siga en las papeletas.

Otros aspirantes a la presidencia son el filósofo Arvydas Juazatys, el comisario europeo Vytenis Andriukatis, el eurodiputado Valentinas Mazuroniz y el representante de la Alianza de Familias Cristianas Valdemar Tomasevski.

Skvernelis y su partido, la Unión Verde, han dicho que reestrucutarán el Gobierno en caso de perder las elecciones presidenciales. Además si es elegido presidente tendría que ser relevado como primer ministro.

Actualmente el Gobierno está formado por la Unión Verde y de Granjeros y por una partido que surgió de una disidencia socialdemócrata aunque muchos de los ministros actuales son independientes.

El nuevo presidente deberá reemplazar a la actual titular Dalia Grybauskaite que ya ha cumplido el máximo legal de dos períodos de cinco años.

Grybauskaite es la primera mujer en llegar a la presidencia de Lituania y ha sido llamada, en recuerdo de la primera ministra británica Margaret Thatcher, “la dama e hierro” por sus críticas a los planes de desarme del expresidente estadounidense Barak Obama y a la falta de un plan viable para el “brexit” (salida del Reino Unido de la UE) por parte de Londres.

Internamente, también se ganó esa denominación con el uso frecuente que hizo de su atribución para remover ministros.

Si el domingo un candidato obtuviera al menos el 50 % de los votos será elegido automáticamente presidente.

Si, como apuntan las encuestas, ningún aspirante llega a ese porcentaje se celebrará una segunda vuelta el 26 de mayo -el mismo día de las elecciones europeas- en la que los electores deberán elegir entre los dos candidatos más votados en la primera

Los asuntos que más preocupan a los electores, según los sondeos, tienen que ver con la economía y la con la reducción de las desigualdades sociales que persisten pese al fuere crecimiento económico de los últimos años.

En todo caso, el presidente, como jefe del Estado, sólo tiene poderes limitados en las iniciativas legislativas y la atribución de proponer un candidato a primer ministro tras las elecciones parlamentarias.

También tiene la posibilidad de nombrar y remover ministros, normalmente siguiendo recomendaciones del jefe de Gobierno.