Malabo rechaza que la Fiscalía francesa cite al hijo de Obiang

Guinea Ecuatorial ha manifestado su absoluta “repulsa” tras la citación de la Fiscalía financiera francesa a Teodoro Nguema Obiang Mangue, hijo del presidente Teodoro Obiang, para un juicio ante el Tribunal Correccional de París por blanqueo y malversación de fondos.

El pasado día 26, la Fiscalía financiera francesa pidió que Nguema, “Teodorín”, presente a juicio ante el Tribunal Correccional de París por delitos, entre otros, de blanqueo y malversación de fondos, según informaron las ONG Sherpa y Transparency International.

Sobre Nguema pesan, entre otras, las acusaciones de haber practicado operaciones de blanqueo, malversación de fondos públicos, abuso de bienes sociales, abuso de confianza y corrupción.

En diciembre de 2011, los magistrados franceses confiscaron los automóviles de lujo que “Teodorín” disfrutaba en Francia.

En el comunicado difundido hoy por la Web gubernamental de Malabo, el Ejecutivo de Obiang, lamenta que la Fiscalía financiera francesa “desprecie la figura institucional del Segundo Vicepresidente de la República, e insista en ignorar la inmunidad de jurisdicción a uno de los máximos representantes de un Estado soberano”.

Recuerda que “Guinea Ecuatorial y Francia han firmado numerosos acuerdos de cooperación y de protección recíproca de bienes, que deben ser respetados por las instituciones francesas”.

“Mostramos nuestra sorpresa porque esta solicitud surge inmediatamente después de la visita de un ilustre ciudadano francés (Jean Marie Le Pen) a nuestro país, para asistir a la investidura presidencial de nuestro Jefe de Estado reelegido”, añade el comunicado.

Malabo “interpretamos que la visita (de Jean Marie Le Pen) ha sido en parte la causante de la inmediata reacción de la Fiscalía financiera francesa que, por este motivo concreto, ha acelerado los trámites que están siendo tratados desde hace años”.

Sostiene que “en este o cualquier otro asunto, y como país plenamente soberano, Guinea Ecuatorial se suscribe única y totalmente al arbitraje internacional de la Convención de Viena, para que sean los jueces internacionales -objetivos y ecuánimes- y no la justicia francesa, la que tome la decisión en este o cualquier asunto que atañe a las instituciones de dos países”.