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Marchena deja hacer

Marchena deja hacer

EFE

Madrid —

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“Si lo quiere incorporar, se tiene por incorporado”. Esta frase de Manuel Marchena a un abogado sirve de resumen de tres jornadas en las que un amable presidente del tribunal del “procés” se mostró especialmente garantista con las defensas y lució manga ancha con Oriol Junqueras.

Marchena dejó hacer. A los abogados defensores, que incluyeron no poco contenido político en sus peticiones de cuestiones previas -una fase meramente procesal-, y al principal acusado.

Ni una palabra dijo el magistrado durante la hora y media que duró la declaración de Junqueras, a pesar de que se asemejó más a un alegato político que a un relato de hechos.

Este juez de 59 años, que puso de acuerdo al PP y al PSOE para nombrarlo presidente del CGPJ (y posteriormente renunció al puesto), sí habló antes, en la hora que duró su intervención para resolver las cuestiones planteadas por las defensas.

Y fue entonces tan garantista que se disculpó por llamar Dolores a Dolors (Bassa), accedió a que pueda haber una segunda ronda de interrogatorios de acusados una vez se examine la traducción de un documento, permitió llevar lazos amarillos en la sala e instó a los encausados a sentarse detrás de sus abogados para ahorrarse el “esfuerzo” de comunicarse a distancia.

“Queden tranquilos, esta sala solo va a formar criterio sobre lo que va a escuchar aquí”, dijo para apaciguar a unos letrados que habían puesto en duda la imparcialidad del tribunal y las motivaciones políticas de la propia causa.

En esa intervención sacó también su lado más agresivo, un adjetivo que seguramente no sirve para calificar a Marchena. Porque el Marchena más tajante no llega a ser combativo. Le pueden sus formas.

Habló del riesgo de “metástasis” si la causa se empantana con un “aluvión” de documentos y reclamó mesura ante la petición de que Carles Puigdemont declare como testigo: “Seamos serios”.

Esa cierta tolerancia arengó a los abogados, que pidieron la palabra a Marchena. Y el presidente se puso serio. “No me interrumpa”, recriminó a uno. “Señor Pina, hemos terminado el momento de las cuestiones previas”, le dijo a otro, y cortó cuando varios intentaban quejarse a la vez.

“La sala no admite estrategias dilatorias”, avisó un Marchena no tan afable, pero no acalló a los abogados hasta que sentenció: “Esto se ha acabado”.

El presidente del tribunal también tranquilizó a las defensas sobre las intenciones de Vox y dejó claro que no permitirá que los interrogatorios se adentren en el terreno ideológico.

Y comenzó a hablar Junqueras. De los delitos que nunca cometió, de su lucha política, de la legitimidad de sus aspiraciones. Ante un Marchena atento e inexpresivo que le dejó explayarse en un discurso que otros magistrados, en juicios distintos, hubieran cortado por alejarse de los hechos.

No fue igual de condescendiente con la abogada del Estado o con el fiscal cuando interrogaron al exconseller Joaquim Forn, que sí accedió a contestar a las acusaciones.

“Vamos a preguntarle por lo que vio, no por alternativas políticas”, le dijo al fiscal Fidel Cadena al preguntar por ANC, porque se desnaturalizaba, dijo, “el sentido del interrogatorio”. “Por favor, señora abogada del Estado, formule otra pregunta, olvídese ya del pasillo”, cortó a Rosa María Seoane cuando interrogaba sobre el 20-S.

También intervino con Forn, que puso en duda las tesis “peliculeras” de la Fiscalía. “Hay comentarios que parecen...”, comenzó a decir el acusado, y Marchena no pasó por ahí. “Deje que haga la pregunta”, le espetó, eso sí, con buen talante.

El mismo que fue mostrando, fuera de foco, a lo largo de los primeros tres días de juicio. En cada receso y al final de cada jornada, Marchena se quedaba siempre el último en la sala, charlando distendido con alguno de sus seis compañeros de tribunal o con abogados de las defensas y de VOX.

Tan relajado, tan en casa, que incluso pidió a los letrados que a partir de ahora entreguen lo que vayan aportando “a Paco”, el funcionario que escoltaba, en una esquina de la sala, el sumario del “procés”.

María Traspaderne

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