Margallo ve al independentismo catalán en una etapa claramente revolucionaria

El exministro de Exteriores José Manuel García-Margallo ha dicho hoy sobre el reto soberanista catalán que actualmente está en un “momento claramente revolucionario” en el que ahora sólo cabe “apoyar incondicionalmente” las decisiones del Gobierno para evitar que se repita un “bochorno” como el 9-N.

Lo ha afirmado en la presentación de su libro “Por una convivencia democrática”, que se ha llevado a cabo esta tarde en el Congreso de los Diputados y en la que han participado también el exlíder del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba y el exministro del PP Josep Piqué.

Margallo ha asegurado que las fuerzas independentistas y el Gobierno catalán han llevado a cabo una “violación de todas las normas procedimentales” en el Parlament con la aprobación leyes inconstitucionales con las que se pretende celebrar el referéndum del 1-O y poner en marcha el proceso de “desconexión”.

“La ley de transición jurídica es una ley fundacional de la república catalana y eso es claramente un golpe de estado”, ha reiterado.

El que fuera jefe de la diplomacia española ha destacado que de aquí a octubre habrá una “etapa de enfrentamiento” en la que “solo cabe una postura que es ponerse incondicionalmente detrás” del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para que “haga lo que considere oportuno”.

Ha añadido que hay que apoyar “disciplinadamente” a Rajoy para que “no haya ni una sola urna” el 1-O y, tras ese día, “aportar cuantas idas o proyectos” sean necesarios “para ir resolviendo la situación”.

En su libro, el exministro propone una reforma constitucional para actualizar la Carta Magna y que ésta incluya cuestiones que están actualmente obsoletas o que no se contemplan.

Sobre ello, Rubalcaba, que ha insistido en que avisó en 2012 que el problema catalán se agravaría, ha calificado el “independentismo” como “un proyecto político” frente al cual el Estado debe contraponer otro proyecto de convivencia nuevo y dirigido a todos los españoles y, principalmente, a aquellos catalanes que “quieren seguir” en España pero “de otra manera”.

Por ello, ha incidido en la necesidad de una reforma constitucional -“cuyo proceso será largo y difícil”, ha vaticinado- con un “proyecto de cambio” de las normas de convivencia y el pacto territorial“ porque ello, ha sostenido, es la única solución al problema catalán.

“Votar tendremos que votar y será bueno votar”, ha indicado en referencia a la reforma de la Carta Magna, ya que cree la actual no recoge “suficientemente” las singularidades de Cataluña.