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Margallo, un ministro leal a Rajoy con ganas de seguir “en las trincheras”

Margallo, un ministro leal a Rajoy con ganas de seguir "en las trincheras"

EFE

Madrid —

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José Manuel García-Margallo se declara un ministro de Asuntos Exteriores “absolutamente leal” a Mariano Rajoy y afirma que como buen “reservista” está dispuesto a seguir ayudando al PP “en las trincheras” si así lo decide el presidente del Gobierno y sobre todo su partido en la Comunidad Valenciana.

El jefe de la diplomacia española ha hecho estas reflexiones en un encuentro con varios periodistas con motivo de la publicación de su libro “Todos los cielos conducen a España. Cartas desde un avión” (Planeta), en el que recoge una copiosa literatura epistolar con amigos, colaboradores y políticos en la que expone sus reflexiones sobre España y los grandes temas internacionales.

La distancia y la tranquilidad que dan los largos tiempos que García-Margallo pasa en un avión le han servido para intercambiar cartas que abarcan desde el proceso soberanista en Cataluña hasta la Unión Europea, la relación con Estados Unidos, la crisis, la situación en Irak, Siria, Irán o Gibraltar.

De entre todos los temas de los que hoy ha hablado con la prensa, destaca su relación con Rajoy. García-Margallo le ha dicho al presidente -eso afirma- “la enorme suerte que tiene de tener un ministro de Exteriores que le es absolutamente leal, ya que no suele ser la regla”.

Explica que mantiene un “contacto cuasi diario” con Rajoy y señala que aún no ha hablado con él de las listas electorales para el 20 de diciembre.

“Si el presidente, y sobre todo mis compañeros del PP en la Comunidad Valenciana, creen que hay que renovar las listas lo entenderé maravillosamente bien y haré campaña. Y si me dicen que los reservistas tenemos que volver a coger el fusil, cogeré el fusil e iré a las trincheras”, asegura el titular de Exteriores, que en 2011 fue cabeza de lista de su partido por Valencia.

Con el exministro de Asuntos Exteriores Josep Piqué habla en el libro del proceso soberanista catalán, un asunto que ha calificado hoy de “sublevación” y de “golpe de Estado institucional”.

Tras asegurar que en este momento no es partidario de una reforma de la Constitución, García-Margallo se refiere a las encuestas de este fin de semana de cara a las elecciones y afirma que no cree “en un Gobierno en minoría”.

En el encuentro señala que hay muchos temas sobre la mesa esperando una solución -un “problema” de organización territorial, la financiación del Estado del bienestar, la crisis de los refugiados y la crisis financiera y energética-, por lo que “no hay más solución que avanzar hacia los Estados Unidos de Europa” y tener “gobiernos fuertes”.

Pero los temas trascienden las fronteras españolas y llegan hasta la guerra en Irak en 2003 y el respaldo de España a la misma con José María Aznar como presidente del Gobierno.

En una de estas cartas, Aznar asegura que España “salió ganando” en términos de “influencia y de apoyo internacional a nuestros objetivos” respaldando esa guerra.

García-Margallo trasladó a su vez a Aznar su discrepancia con la intervención de España en la guerra, aunque reconoce las “relaciones privilegiadas” que creó el expresidente con EEUU.

“España no estuvo en la guerra de Irak, mandó un buque hospital, aunque es verdad que hubo un apoyo decidido desde el Consejo de Seguridad y un apoyo político del Gobierno de Aznar”, afirma.

“También es verdad que el mundo está mejor sin Sadam Husein que con Sadam Husein”, señala el ministro, antes de recordar que el asunto se volvió a “torcer” cuando el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero anunció en 2004 la retirada de las tropas.

Considera que se ha aprendido a no cometer los mismos errores y que el envío ahora de 300 militares españoles a Irak se ha explicado muy bien y con mucho cuidado a todas las fuerzas políticas. “Se ha logrado que esto se haga sin ruido”, apostilla.

En el libro habla también con el periodista José María Carrascal sobre Gibraltar, un tema en el que considera que hubo una “enorme permisividad” del Gobierno socialista.

Explica que en esta legislatura se han restablecido los controles en la frontera para acabar con el contrabando, se ha denunciado el régimen fiscal y se ha recuperado el respeto al medio ambiente. “Si Reino Unido se va de la Unión Europea, volveremos a hablar”, asegura.

La “niña de sus ojos” de la legislatura ha sido Marca España, un proyecto que emprendió cuando la imagen del país estaba “por los suelos” que, recalca, no ha sido “humo”.

Reconoce que el mejor y el peor momento de la legislatura fue la noche en que España conoció que tendría un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU frente a un potente rival como Turquía que, desvela, había reservado un emblemático hotel de Nueva York para una celebración que finalmente no pudo tener.

Ganó España después de una noche que el ministro recuerda con mucha tensión hasta el final, de ahí que fuera, primero, el peor momento y, después, el mejor.

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