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Mariano Rajoy ofrece diálogo al futuro Gobierno catalán si se somete “al imperio de la ley”

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Rodrigo Ponce de León

Sin un ápice de autocrítica, pero apelando al diálogo bajo el imperio de la Ley, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha comparecido este viernes en Moncloa, para explicar su visión del futuro político de Catalunya y los malos resultados de su partido. Arropado por la mayoría de sus ministros, ha descartado un adelanto de elecciones generales y ha reivindicado la puesta en marcha del artículo 155 de la Constitución para restituir la legalidad en Catalunya.

Las elecciones del 155 han dejado las cosas prácticamente como estaban en Catalunya: con una mayoría parlamentaria independentistas. Y, además, han dejado dos pésimas noticias para el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy: su partido, el PP, se ha desplomado hasta los tres escaños; mientras que Ciudadanos ha ganado con 37.

“Yo soy el presidente del Gobierno de España y de los ciudadanos de Catalunya y haré el esfuerzo de dialogar pero también de que la ley se cumpla. Espero que haya un Gobierno que no se sitúe encima de la ley. No aceptaré que nadie se salte la ley, la Constitución ni el Estatuto de Catalunya”, ha afirmado.

Rajoy también ha afirmado que “se abre una nueva etapa, que se base en el diálogo y no en el enfrentamiento; en la pluralidad y no unilateralidad. El Gobierno de España ofrece diálogo constructivo y realista al Gobierno que se constituya en Catalunya”.

Esta oferta de diálogo tendrá que esperar en el caso del destituido president de la Generalitat, Carles Puigdemont. El presidente del Gobierno no ha querido responder a la oferta de diálogo que le ha lanzado Puigdemont para reunirse en un país europeo que no fuera España. “Con quien tendría que sentarme es con quien ha ganado las elecciones, la señora Inés Arrimadas”, ha respondido.

Rajoy ha recordado la situación procesal de Puigdemont para poner en duda una posible reunión con el expresident. “Tendré que hablar con la persona que recoja su acta, tome posesión del escaño, se presente para ser elegido president y sea elegido”.

A pesar de que los planes del Ejecutivo no se han cumplido con la victoria del bloque constitucionalista en los comicios catalanes, Rajoy ha querido revertir la situación asegurando que “estas elecciones se han celebrado, como deben ser, dentro de la ley y con todas las garantías electorales precisas, la jornada se desarrolló con normalidad y tranquilidad. La alta participación es reflejo de la respuesta cívica de los ciudadanos de Catalunya ante la situación existente”.

En cuanto a los resultados, el presidente del Gobierno ha reconocido que felicitó a Inés Arrimadas y a Albert Rivera y ha definido como un fallo conjunto del bloque constitucionalista los pésimos resultados del PP, que solo obtuvo tres escaños: “Lo negativo es que quienes queríamos el cambio no hemos logrado los resultados esperados. Los independentistas siguen perdiendo apoyos, aunque menos de lo que nos gustaría, tanto en escaños como en porcentaje de votos”.

“Lo que dejan claro los resultados electorales”, ha proseguido, “es que nadie puede hablar en nombre de Catalunya, porque es plural, lo cual es una virtud y riqueza. Todos debemos respetarla y cuidarla. También es evidente que la fractura y radicalidad generada es muy grande, y la reconciliación debe venir de la mano de la ley y el respeto a mayorías y minorías. Los partidos catalanes tienen que ofrecer la gobernabilidad, y el Gobierno resultante estará sometido al imperio de la ley. Además, sin respeto a las leyes, no será posible generar seguridad y certidumbre, ni volverán las empresas ni las inversiones”.

Rajoy ha defendido la aplicación del artículo 155, “con el apoyo de las principales fuerzas políticas y el de Europa, y que se convocaran elecciones para restablecer la legalidad”. Ante las críticas del sector más duro de la derecha que le atribuye el error de la convocatoria electoral y la necesidad de intervenir la autonomía catalana durante más tiempo, el presidente ha esgrimido que “la excepcionalidad en democracia tiene que ser muy breve. Lo que hicimos era razonable y había un apoyo muy mayoritario a la posición del Gobierno por parte la mayoría de la oposición ”.

“Sobre la reforma de la Constitución, tengo la misma opinión: tiene que saberse para qué, cuáles son los objetivos y las medidas. Y si alguien lo quiere para suprimir la unidad nacional o la soberanía nacional, con el presidente de España no puede contar”, ha zanjado.

El presidente ha dicho que, pese a las presiones que va a tener en las próximas semanas, no va a convocar elecciones generales y que pretende acabar la legislatura. “Con lo que tiene España encima, lo que nos faltaba es convocar elecciones generales. Intentaré que la legislatura acabe cuando toca, a mitad del año 2020”, ha reiterado Rajoy.

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