Marlaska dice que las torturas han sido excepcionales: Se venció a ETA con la ley

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha asegurado hoy que los casos de torturas por parte de las fuerzas de seguridad del Estado en España han sido excepcionales y ha dejado claro que a ETA se la derrotó con el imperio de la ley.

Marlaska, que de todos modos ha reconocido que las torturas son un delito “execrable”, ha hecho estas afirmaciones en el Pleno del Congreso en respuesta a una interpelación del diputado del PNV Mikel Legarda sobre las torturas en España.

El ministro ha dicho que, salvo esas excepciones, las fuerzas de seguridad, como el resto de la sociedad, estás “impregnadas” de ese respeto a los derechos humanos y ha pedido que “no se equiparen violencias” ni se asimilen los abusos policiales con la lucha contra ETA.

Además, el titular de Interior ha recordado que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha dictado 9 sentencias condenatorias a España por la violación de los derechos humanos, pero “en modo alguno indicaban que se hubieran cometido torturas en los hechos denunciados”.

Sí se condenaba a España por insuficiencia por no haberse realizado una investigación exhaustiva de los hechos y no haber llegado al final en esas pesquisas.

Mientras el diputado del PNV ha pedido que se pongan en marcha medidas concretas para el reconocimiento y reparación de las víctimas de vulneración de derechos humanos, que “han esperado demasiado tiempo” para ello.

“Es el momento de abrir la senda para la verdad, la justicia y la reparación”, ha enfatizado Legarda, pero también para la paz y la convivencia.

Ha recordado que en los primeros años de la democracia se abrió en las Cortes una “tímida” comisión de investigación sobre torturas a detenidos en el País Vasco, que trabajó entre los años 1979 y 1982, un periodo en el que ETA mató 252 personas.

A pesar de ese tiempo de trabajo, la comisión no emitió conclusiones de las catorce sesiones, las visitas de los entonces diputados a prisiones, de las comparecencias habidas y de la información que se recopiló.

Desde entonces, ha dicho Legarda, “no se ha vuelto a recuperar una senda, un camino para la reparación a las víctimas de vulneración de derechos humanos”, unas víctimas que “existen y no son una ficción”.

Ha reconocido que desde 2015 no existe ningún caso registrado de torturas, porque tampoco ha habido detenciones incomunicadas, y que solo “ínfima minoría de servidores públicos” protagonizó abusos de ese tipo.

En cualquier caso, ha insistido en que se piense solo en las víctimas “para hacer posible su reconocimiento y reparación”.