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Marta Sanz ofrece una nueva mirada de la Transición en su última novela

Marta Sanz ofrece una nueva mirada de la Transición en su última novela

EFE

Barcelona —

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Después de su incursión en el género negro, la escritora madrileña Marta Sanz cambia de registro y en su nueva novela,“Daniela Astor y la caja negra”, arma un artefacto literario en el que ofrece una nueva mirada de la Transición española, con preguntas sobre el pudor o el desnudo femenino.

Tras reconocer que desde niña se sintió fascinada por una mujer como la fallecida Amparo Muñoz, una de las actrices más famosas del período junto a otras como Susana Estrada o María José Cantudo, ha advertido de que no se trata, sin embargo, de un relato autobiográfico.

Entiende la autora que es una obra feminista con “enigmas por desvelar, misterios y una caja negra que, más que una chistera de la que sale un conejo, recoge la memoria de los accidentes”.

Publicada por Anagrama, en “Daniela Astor y la caja negra” Sanz narra la historia de dos niñas, Catalina, que come miga de pan para que le crezca el pecho, y, Angélica, su mejor amiga, quienes se encierran en el cuarto de jugar para convertirse en Daniela Astor y Gloria Adriano, trasuntos de esas actrices a las que admiran.

A una de las niñas, le ocurrirá algo que quedará registrado en “una caja negra” y la marcará para el resto de su vida.

Sanz, finalista del Nadal en 2006, avanza que ha querido crear un relato de la Transición, desde una perspectiva poco tratada hasta el momento, a partir de la visión de las mujeres que entonces eran niñas. “No hay ni un poquito de nostalgia y lo que aparece es un momento profundamente imbricado en nuestro presente”, apunta.

Por otra parte, no esconde que la novela plantea preguntas para las que la escritora no tiene respuesta como “¿qué es el pudor?, ¿qué implica que la mujer se desnude?, ¿el desnudo se utiliza como una bandera de liberalización o todo lo contrario?, ¿existen diferencias entre ser una tía buena o una buena tía?, ¿quién desnudó a la mujer en los setenta?”.

Mezclando personajes reales de ese momento, desde Sara Montiel a los cineastas Jess Franco o Bigas Luna, con otros ficticios, Marta Sanz asevera que el actual momento también se ha colado en su obra y, sin morderse la lengua, denuncia que “la crisis se aprovecha ahora para cometer todo tipo de recortes, incluido el del derecho al aborto, que ahora será reformado, si Dios no lo remedia”.

Precisamente, una de las espoletas para volver a sentarse ante el ordenador fue lo que está ocurriendo actualmente, “con un retroceso de derechos que me parece sangrante”.

Asimismo, también volvió a la escritura porque después de “Lección de anatomía”, de 2008, tenía ganas de tratar sobre cómo la realidad se relaciona con las representaciones.

En la novela, justamente, se realiza un falso documental, donde se revisan los mitos eróticos de la Transición, se trata sobre algunas de las portadas de Interviú como la que impactó a millones de españoles, con Marisol desnuda, o se habla de programas televisivos de la época.

Además, se muestra lo que hay dentro del cuerpo, “las vísceras afectivas”, e incluso se desentraña lo que ocurrió hace poco cuando el programa “Sálvame” realizó un polígrafo a Bárbara Rey.

Defiende Marta Sanz que le ha quedado una novela “emocionante, sin ser lacrimógena, con sentido del humor, aunque sin tocar las partes blandas del cuerpo y las bajas pasiones”.

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