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Mendia dice a la IA que no puede limitarse acudir a una ofrenda floral o a pronunciar “un descomprometido 'lo siento'”

EUROPA PRESS

BILBAO —

El secretaria general del PSE-EE, Idoia Mendia, se ha dirigido a la izquierda abertzale para afirmar que “el reconocimiento de las responsabilidades del pasado y el acercamiento a las víctimas no puede limitarse a acudir a una ofrenda floral o a pronunciar un descomprometido 'lo siento'”. Además, ha denunciado que su “el discurso político que mantiene y el relato histórico que pretende escribir diluyen la principal actividad terrorista de ETA en el magma del 'conflicto'”.

Mendia ha realizado estas declaraciones cuando en numerosos lugares de la Comunidad Autónoma Vasca se celebra el Día de la Memoria para recordar a las víctimas del terrorismo.

En un artículo titulado 'La memoria debida' publicado en el diario 'El Correo', recogido por Europa Press, Mendia afirma que “lo que subsiste en las víctimas de una y otra experiencia es el vacío de comprensión, el anonadamiento, la incredulidad por haber padecido una tragedia tan atroz”.

Por ello, recuerda que, para eso, el Gobierno del PSE-EE, del que ella formé parte, impulsó en 2010 la celebración del 'Día de la Memoria-Memoriaren Eguna' todos los 10 de noviembre. “Se eligió una de las escasas fechas del año que no está teñida por un atentado mortal de ETA, con el fin de recordar y dignificar a las víctimas de nuestra tragedia contemporánea. Para compensar tantos años de olvido y falta de solidaridad previos”, añade.

La dirigente socialista apunta que, “cuatro años más tarde, asentada la paz y conseguido que el terrorismo haya quedado atrás, ese recuerdo debe ser la garantía de que no se repitan los horrores y los errores del pasado”.

“Y también la base de una convivencia sana en nuestro país porque no podemos desconocer que, acalladas las pistolas, está planteada en Euskadi una pugna lucha sorda por imponer una interpretación, un relato de lo que nos sucedió”, ha manifestado.

En esta línea, destaca a “quienes alimentaron y dieron soporte a ETA pretenden diluir su responsabilidad en el mantenimiento de la violencia terrorista en plena democracia y autonomía por la existencia de un supuesto 'conflicto entre España y Euskadi', cuyo origen se hundiría en el origen de los tiempos”.

“De este modo, las 858 víctimas mortales de la banda, los miles de heridos, amenazados y extorsionados no serían sino meros accidentes de ese conflicto, un subproducto inevitable del mismo”, apunta.

UN SUELO MÍNIMO

Tras manifestar que “la memoria es siempre parcial y selectiva”, advierte de que no se puede “renunciar a establecer un suelo mínimo de verdad, a conseguir que el relato que se proyecte hacia el futuro de esa etapa de nuestra historia se atenga a lo que realmente ocurrió”.

“En esa tarea, la inmensa mayoría de nuestra sociedad hemos hecho el debido esfuerzo de integración y de verdad. La transición de la dictadura franquista a la democracia no fue fácil, tuvo sus agujeros negros de violencia; y hemos reconocido como víctimas no sólo a las de ETA, sino también a las de los grupos terroristas anti-ETA que existieron y a las de excesos policiales. Sin equiparaciones, pero sin reservas”, subraya.

Por ello, señala que ni ella ni el PSE-EE tienen “reticencia alguna en proclamar, por ejemplo, que el de los GAL fue terrorismo de la peor especie y en reconocer su condición de víctimas a quienes lo sufrieron, aunque algunos de ellos fueran a su vez terroristas porque lo que define la condición de víctima es haber sido objeto de una violencia injusta”.

“Que se conozca, nadie en Euskadi ha jaleado los crímenes de los GAL o ha dado cobertura pública a las torturas policiales que se ha producido en la represión del terrorismo. Por el contrario, es una realidad acreditada que el terrorismo que más víctimas ha causado y que, durante más tiempo alteró la paz y la convivencia, contó con el apoyo explícito o la tolerancia de un sector considerable de nuestra sociedad. Esa evidencia está registrada en imágenes que no se pueden borrar”, asevera.

ETA, “SIN JUSTIFICACIÓN”

La líder de los socialistas vascos cree que “significaría una gran aportación al nuevo tiempo que se invoca que quienes mantuvieron esas posiciones en el pasado reconocieran también públicamente que, por muchas contextualizaciones que se hagan sobre sus orígenes, el terrorismo de ETA no tuvo justificación y que sus víctimas nunca debieron sufrir la violencia que padecieron”.

“Es de esto de lo que se trata cuando hablamos de memoria y de suelo ético, porque una memoria decente tiene dos caras indisociables, el recuerdo de la dignidad de las víctimas y la deslegitimación de los victimarios, de quienes las convirtieron en víctimas injustamente y contra su voluntad”, manifiesta.

A su juicio, “esto es lo que se pretende conmemorar en el Día de la Memoria, y ésta es la tarea que tenemos pendiente a la hora de cimentar nuestra convivencia”.

“El reconocimiento de las responsabilidades del pasado y el acercamiento a las víctimas no puede limitarse a acudir a una ofrenda floral o a pronunciar un descomprometido 'lo siento'; sobre todo, cuando el discurso político que se mantiene y el relato histórico que se pretende escribir diluyen la principal actividad terrorista de ETA en el magma del 'conflicto'”, apunta.

“VERSIÓN DISTORSIONADA”

Idoia Mendia remarca que “en ese empeño se está desde el mundo de la izquierda abertzale, pretendiendo proyectar al futuro una versión del pasado distorsionada, tratando de poner distancia con una historia de violencia sin tener que pasar por el trance de ponerla en cuestión, de deslegitimarla”.

“No sé si más adelante será factible en este país construir una memoria compartida en la que todos podamos reconocer suficientemente la nuestra particular. Sería algo deseable, pero no parece que en estos momentos resulte posible”, indica.

Según asegura, “una política de memoria digna impone la obligación de recordar lo que no debe ser olvidado y de no tergiversar lo que de verdad ocurrió”. “Éstas deben ser las líneas que no podemos ni vamos a cruzar”, señala.

A su juicio, se puede “discutir hasta la extenuación sobre las razones de la violencia en Euskadi y sobre el origen y la prolongación del terrorismo de ETA hasta ayer, pero nadie podrá sostener nunca que la causa fue que las víctimas agredieron a los terroristas”.

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