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Merkel busca zanjar cismas en torno a los refugiados en un congreso preelectoral

Merkel busca zanjar cismas en torno a los refugiados en un congreso preelectoral

EFE

Essen (Alemania) —

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La canciller alemana, Angela Merkel, busca atajar disensos en torno a la política de refugiados en el congreso federal que abre mañana su Unión Cristianodemócrata (CDU) y que marcará el rumbo para las elecciones generales de 2017.

La moción del ala más derechista del partido, que quiere agilizar las expulsiones de refugiados sin perspectivas de ser admitidos en el país, quedará parcialmente integrada en el programa que la presidencia defenderá ante sus delegados en Essen (oeste).

Merkel avanzó esta inclusión hoy, durante su visita al recinto ferial donde mañana se inaugura el congreso federal, y calificó la modificación de “habitual” en un proceso de discusión programático.

La canciller, líder de la CDU desde 2000, se someterá en el congreso a la reelección como presidenta del partido, quince días después de anunciar que concurrirá de nuevo como candidata a las generales previstas para septiembre de 2017.

Será, de salir elegida, su cuarto mandato, para lo que precisa la cohesión de sus filas y también firmar la paz con su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), partido que le exige limitar la acogida de refugiados a 200.000 solicitantes por año.

Merkel, quien en toda la crisis migratoria ha rechazado éste u otro límite cuantitativo, aspira a “desarrollar un programa común” con la CSU en el primer semestre del año, según afirmó hoy.

La línea común puede estar en la incorporación de la moción defendida por el vicepresidente de la CDU y ministro del Interior de Baden-Württemberg, Thomas Strobl, aunque sea algo dulcificada.

“Si alguien, incluso enfermo, consigue superar el difícil viaje por el Mediterráneo y los Balcanes pero no tiene perspectivas de ser admitido aquí como refugiado, debe ser posible repatriarlo en avión horas después”, defendió Strobl, en declaraciones hoy a “Die Welt”.

El ministro de Baden-Württemberg se sitúa así en una línea muy cercana a la del vecino “Land” de Baviera, por el que ha entrado en Alemania la mayoría de los 1,3 millones de refugiados llegados al país desde principios de 2015.

“Alemania seguirá brindando acogida y protección, pero sólo a aquellos que realmente sufren persecución”, apuntó el secretario general de la CDU, Peter Kauder, en vísperas del congreso.

La acogida de refugiados será el tema dominante en la reunión de Essen, cuyos preparativos quedaron marcados por los resultados del referéndum en Italia y de la elección presidencial de Austria.

Merkel expresó su “respeto” por la decisión del elector italiano, pese a “lamentar” la dimisión del primer ministro, Matteo Renzi. En lo que respecta a Austria, mostró abiertamente su satisfacción por la victoria del “verde” Alexander Van der Bellen, que evitó la llegada a la presidencia del ultranacionalista Norbert Hofer.

El “no” de Italia trae de nuevo la incertidumbre a ese país, mientras que en Austria se evitó lo peor, pese a que persista la amenaza del ultranacionalista FPÖ, que obtuvo un 46 % de los votos.

Merkel tiene ante sí una derecha radical asimismo en auge -Alternativa para Alemania (AfD)-, a la que no se le pronostican porcentajes comparables a su homóloga austríaca, aunque sí se da por seguro que accederá al Parlamento federal, lo que hasta ahora no logró en su país ninguna formación ultraderechista.

La cita en Essen tiene para Merkel un significado especial, ya que en esa misma ciudad de la cuenca minera del Ruhr se celebró en 2000 el congreso del que salió convertida en jefa de la CDU.

Entonces el partido estaba en las horas más bajas de su historia, dos años después de haber pasado a la oposición con la derrota del canciller Helmut Kohl frente al socialdemócrata Gerhard Schröder.

Merkel se situó en la jefatura como renovadora de una CDU hundida en el escándalo de cuentas secretas que afloró al perder el poder Kohl, tras 16 años en la Cancillería y 25 al frente del partido.

En esas circunstancias, logró la elección con un 95,6 % y desde entonces ha sido ratificada en el cargo por ocho congresos federales, con resultados que oscilaron entre el mínimo del 88,4 %, en 2004, y el récord del 97,9 % conseguido en 2012.

La líder marcó hoy las diferencias entre ese congreso de 2000 y la situación actual: “Ahora estamos en el Gobierno”, recalcó.

“Alemania está bien, pero hay que seguir trabajando, y mucho”, añadió, consciente de que la espera una campaña donde tendrá un enemigo nuevo, a escala federal, como es la derecha radical.

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