Merkel cumple compromiso electoral con una mini-gira de contacto ciudadano

La canciller alemana, Angela Merkel, completó hoy, con una visita a una granja familiar, una mini-gira de tres días en los que ha salido al encuentro del ciudadano y cumplido así el compromiso de “cercanía” formulado un año atrás, en su campaña por su reelección.

Las imágenes de la canciller alemana posando junto a varias vacas o acariciando un ternero, hoy en Nienborstel (norte de Alemania) siguen a las difundidas en días pasados, en que visitó en Colonia un centro de ayuda a víctimas de la violencia de género, una guardería o un cuidador de ancianos e impedidos.

Cada uno de esos puntos de su agenda oficial remitía a los compromisos adquiridos por la canciller durante su carrera por la reelección en las generales celebradas en septiembre de 2017.

La campaña electoral quedó marcada por sucesivas intervenciones y debates en programas televisivos, donde Merkel se vio confrontada con problemas sociales reales de sus compatriotas, en ocasiones formulados con toda crudeza y sinceridad por sus interlocutores.

Ya entonces prometió que, de ser reelegida, centraría más su atención en aspectos como la atención en el hogar a personas impedidas, a los problemas de los agricultores o ganaderos de pequeñas explotaciones, así como a temas que no suelen centrar los debates públicos en el país, como es la violencia de género.

En su visita al centro de asistencia telefónica a la mujer, Merkel reconoció que éste es un tema aún tabú en Alemania, país donde, según las estadísticas, una de cada tres mujeres ha sido alguna vez en su vida víctima de violencia machista.

Los medios de comunicación consideran estas situaciones “dramas familiares o privados” y solo en casos muy específicos se informa de ellos, especialmente en la televisión pública.

La mini-gira destinada al contacto con el ciudadano se produce a pocos días del inicio de las vacaciones de la canciller -la próxima semana-.

Las últimas semanas han sido de fuerte tensión en la gran coalición que consiguió cerrar Merkel el pasado marzo, tras una trabajosa negociación entre su bloque conservador y el Partido Socialdemócrata (SPD), ambos muy debilitados por los malos resultados obtenidos en las elecciones de 2017.

La Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), formación hermanada a la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller, colocó la alianza al borde de la ruptura, con las exigencias de su líder y titular de Interior, Horst Seehofer, de dar un giro derechista a la política migratoria y de asilo.

La pausa estival de la clase política será breve, ya que en octubre se celebran elecciones regionales en Baviera, unos comicios en que se augura una fuerte caída de votos de la CSU, fuerza dominante en ese próspero “Land”, presionado ahora por el empuje de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).