Moscú se retira del mecanismo de supervisión del alto el fuego en Ucrania

Rusia retirará a partir de mañana a sus oficiales del Centro conjunto para el control del alto el fuego en el este de Ucrania, creado en septiembre de 2014 e integrado por militares rusos y ucranianos, anunció hoy el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.

“El 19 de diciembre de 2017 los oficiales rusos integrados en el Centro abandonarán el territorio de Ucrania. Hemos informado a nuestros socios extranjeros sobre este paso forzoso, y hemos subrayado que toda la responsabilidad por las posibles consecuencias recae sobre la parte ucraniana”, señala un comunicado de Exteriores.

Moscú sostiene que la nueva normativa sobre la entrada y estancia de ciudadanos rusos en territorio de Ucrania aprobada por Kiev, que entrará en vigor a partir del próximo 1 de enero, “es inaceptable para los militares rusos”.

Pese al régimen de exención de visados que rige entre los dos países, el Gobierno ucraniano ha obligado a todos los ciudadanos de Rusia que viajen a Ucrania a informar previamente, mediante un formulario digital, de sus datos personales y de los objetivos de su viaje.

“Esta norma no se corresponde con los Acuerdos” de 1997 “sobre el régimen de exención de visados y es inaceptable para los militares rusos (...) En estas condiciones, continuar con la labor de la representación de las Fuerzas Armadas de Rusia en el Centro de control se hace imposible”, subraya la nota de la cancillería.

El Centro de control sorbe el alto el fuego se creó tras la firma de los primeros Acuerdos de Minsk en septiembre de 2014, cuando Kiev se vio obligado a negociar con Moscú y con los rebeldes prorrusos para poner fin a una brutal contraofensiva de los sublevados.

El Gobierno de Kiev ha acusado a Rusia de haber enviado tropas regulares al este de Ucrania entre agosto y septiembre de 2014 para respaldar a las milicias separatistas en plena ofensiva del Ejército ucraniano, que estuvo a punto de derrotar a los sublevados prorrusos en los meses anteriores.

Entre agosto y septiembre de 2014, los separatistas lograron sorprendentemente frenar el avance de los ucranianos y se hicieron con nuevos territorios en el sur de la región de Donetsk, forzando al Gobierno de Kiev a firmar en Minsk los primeros acuerdos para el arreglo del conflicto.