Un informe revela que la ONU fracasó en su respuesta a la violencia en Juba en julio

La falta de liderazgo, de preparación y de coordinación de los “cascos azules” desplegados en Sudán del Sur llevó a una respuesta “ineficaz” al brote de violencia registrado el pasado mes de julio en Yuba, según un informe de la propia ONU publicado hoy.

La investigación, llevada a cabo por un equipo independiente puesto en marcha por la organización, es muy crítica con la gestión de la crisis por parte de Naciones Unidas, cuya actuación también ha sido cuestionada por varias ONG.

Según el informe, las fuerzas de paz fracasaron a la hora de proteger a los civiles, incumpliendo así el mandato que tenían.

Tras su publicación, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, informó a través de un portavoz de la destitución del comandante de las fuerzas de la organización en Sudán del Sur.

A principios de julio Yuba fue escenario de una oleada de combates entre facciones leales al presidente sursudanés, Salva Kiir, y su entonces vicepresidente y oponente político, Riek Machar, un conflicto que en cuestión de días dejó decenas de muertos y provocó el desplazamiento forzoso de miles de personas.

Durante y después de la violencia, se registraron además numerosos casos de abusos sexuales y violaciones, según confirmó la ONU, cuyos “cascos azules” fueron acusados de permitir a soldados sursudaneses cometer algunos de esos crímenes.

Según el informe hecho público hoy, no se han podido verificar esas acusaciones, pero sí hay informaciones que apuntan a una “pobre actuación” de los “cascos azules” a la hora de proteger a la población ante los abusos.

Por ejemplo, el texto señala un episodio ocurrido el 2 de septiembre, cuando una mujer fue atacada a metros de la entrada de un campamento protegido por la ONU y los “cascos azules” no hicieron nada.

La investigación, liderada por el general holandés retirado Patrick Cammaert, concluyó que “la falta de liderazgo por parte de personal clave de la misión culminó en una respuesta caótica e ineficaz de la violencia”.

Entre otras cosas, el informe indica que las fuerzas de la misión (conocida como UNMISS, por sus siglas en inglés) no operaron de forma unificada y que los cuatro contingentes nacionales presentes en la zona (de China, Etiopía, Nepal y la India) recibieron órdenes diferentes y en ocasiones contradictorias.