El enviado de la ONU pide a los líderes iraquíes que protejan a los civiles

El enviado especial de la ONU en Irak, Martin Kobler, hizo hoy un llamamiento a las autoridades del país para que tomen las medidas necesarias para proteger a los ciudadanos, tras la ola de atentados de ayer que causó decenas de muertos.

“Insto de nuevo a todos los líderes iraquíes a que hagan todo lo posible para proteger a los civiles. Es su responsabilidad detener ahora el derramamiento de sangre”, afirmó Kobler, que condenó “rotundamente” los ataques.

El responsable de la ONU destacó la necesidad de que los dirigentes iraquíes actúen de inmediato e inicien un diálogo destinado a resolver la crisis política actual para “evitar que los terroristas se beneficien de sus diferencias”.

Además, advirtió de que si no se pone remedio a la situación el país corre el peligro de dirigirse a un peligroso futuro incierto.

Ayer, al menos 43 personas fallecieron y 176 resultaron heridas por varias explosiones de coches bomba y artefactos en distintos barrios de Bagdad.

El pasado abril se convirtió en el mes más sangriento en Irak en casi cinco años, con 712 fallecidos, en medio de un alarmante rebrote de los ataques, dirigidos principalmente contra objetivos chiíes y las fuerzas de seguridad.

El país está sumido en una crisis política originada por las protestas de manifestantes en provincias de mayoría suní, que piden la liberación de presos y la derogación de la ley antiterrorista, además de quejarse de la discriminación que dicen que sufren por parte del Gobierno del primer ministro, el chií Nuri al Maliki.

El 23 de abril, 26 personas fallecieron y 155 resultaron heridas durante un asalto de las fuerzas del orden a una plaza, escenario habitual de las protestas de suníes, en la población de Al Hueiya, en Kirkuk (norte), que desencadenó numerosos ataques y atentados en todo Irak.