La ONU denuncia el “alto nivel de sofisticación” de la violencia sexual en Oriente Medio

La representante especial de la ONU para la Violencia Sexual en Conflictos, Zainab Hawa Bangura, denunció hoy el “alto nivel de sofisticación” de la violencia sexual en Oriente Medio, tras su viaje de dos semanas a Siria, Irak, Turquía y Líbano.

Bangura aseguró que la violencia sexual se comete “estratégicamente de manera amplia y sistemática” en la región, no solo en las áreas de conflicto, sino también en los pasos de frontera y puestos de control.

Para ilustrar el tema, Bangura contó la historia de una joven de 21 años que había sido obligada a casarse 22 veces en los últimos 4 años. “Cada vez tuvo que reconstruir su virginidad mediante cirugía”, relató.

Asimismo, volvió a insistir sobre el vínculo entre los grupos terroristas y el abuso sexual y dijo que el Estado Islámico (EI) “está institucionalizando la violencia sexual” y “es parte de su ideología”.

“La utilizan como una táctica de terrorismo, incluyendo el acceso a mujeres y niñas como promesa para sus soldados”, añadió.

Bangura, que estuvo en Oriente Medio del 16 al 29 de abril, llamó a “atribuir responsabilidades” sobre estos crímenes, especialmente en un marco legal confuso dado que, según sus datos, entre 27.000 y 40.000 miembros del EI son extranjeros.

“Hay que definir en qué jurisdicción serán juzgados y encarcelados”, aseguró.

Bangura insistió también en su recomendación al Consejo de Seguridad, máximo órgano de decisión de la ONU, para que el comité de sanciones considere en sus medidas contra Al Qaeda los crímenes sexuales que deja en su camino.

Además, definió a Gaza como un territorio en el que las mujeres están “literalmente despojadas” y llamó la atención sobre la crisis de refugiados en toda la región de Oriente Medio, especialmente a causa de la guerra en Siria.

“En los países con muchos refugiados, las mujeres también están en riesgo de violencia sexual y explotación para la prostitución”, agregó.

También pidió una “respuesta política” para regularizar la situación de los niños nacidos en estos campos de refugiados (muchos de ellos fruto de violaciones), que en muchos casos quedan en un limbo legal y de nacionalidad.