La OTAN dice que Haibatullah puede pasar a la historia o morir como los otros

La misión de la OTAN en Afganistán advirtió hoy al nuevo jefe talibán, el mulá Haibatullah, que tiene una oportunidad histórica para convertirse en el líder insurgente que firme un acuerdo de paz o de lo contrario correrá la misma suerte que su predecesor el mulá Mansur, muerto el sábado en un bombardeo.

“Es nuestra gran y sincera esperanza, que tomará la decisión de elegir la paz y se pueda convertir en un hombre para la historia”, dijo el jefe adjunto del equipo de Comunicación de Alianza Atlántica y de las tropas de Estados Unidos en Afganistán, el brigadier general Charles Cleveland, en rueda de prensa en Kabul.

El militar estadounidense subrayó que Haibatullah debe tener “la habilidad de ser un hombre de paz y un hombre que haga historia, y hacer algo realmente positivo para su nación en ayudar al fin de esta violencia y establecer un mejor Afganistán”.

La otra opción del jefe insurgente “es la de ser solo otro líder talibán que siga enviando a sus hijos a la batalla a morir, puede hacer por esconderse y por último probablemente sufrirá un destino similar a que otros líderes talibanes han tenido”, sentenció.

Haibatullah fue nombrado ayer sucesor del mulá Mansur, muerto en el bombardeo de un dron de Estados Unidos el pasado sábado en Pakistán.

La misión aliada “no espera ver cambios significativos sobre el campo de batalla” a corto plazo tras este relevo, aseguró este portavoz.

“Llevará un tiempo para él consolidar su propio liderazgo”, comentó sobre Haibatullah, del que señaló que es más un líder religioso, un clérigo experto en justicia islámica pero sin historial de combate en comparación con su predecesor.

“Mansur era una amenaza directa para Estados Unidos, las fuerzas de la coalición y afganas y para los afganos, y era un obstáculo para la paz”, concluyó.

El anterior líder de los insurgentes sopesó inicialmente alguna posibilidad de aceptar el proceso de paz emprendido a finales de 2015 por el grupo G4 que integran Afganistán, Pakistán, Estados Unidos y China, pero finalmente rechazó esa vía y optó por una línea dura de extender los ataques a fuerzas afganas y extranjeras.

La OTAN tiene previsto mantener en Afganistán a cerca 12.000 militares hasta finales de 2016, un año más de lo previsto por la inseguridad en el país, en su misión Apoyo Decidido de entrenamiento y asistencia a las fuerzas afganas.

Estados Unidos mantiene unos 9.800 soldados en Afganistán, de los que cerca de la mitad seguirán más allá del final del mandato del presidente estadounidense, Barack Obama, en enero de 2017.