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El PP rehúsa celebrar en plena crisis catalana el debate sobre las Autonomías en el Senado

El Senado lleva doce años sin celebrar el Debate sobre el Estado de las Autonomías

Carmen Moraga

El Senado lleva 12 años sin celebrar el Debate sobre el Estado de las Autonomías, que debería ser anual según el reglamento. El último tuvo lugar en 2005, durante el mandato del expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero. El PP rehúsa ahora convocar un Pleno autonómico en plena crisis con Catalunya. “No es el mejor momento ni el formato adecuado”, replican los conservadores.

La petición de su convocatoria ha partido de Nueva Canarias, los socios electorales del PSOE en las islas. La senadora María José López Santana, integrada en el Grupo Mixto, acaba de enviar una carta al presidente del Senado, el popular Pío Garcia Escudero, para exigirle que ponga fecha “de manera inmediata” a un Pleno monográfico sobre el Estado de las Autonomías en cumplimiento de la enmienda de adición que su grupo presentó a una moción del propio PP, que fue aprobada el pasado mes de febrero por la Cámara alta.

La petición ha sido secundada también por el PDeCAT, cuyo portavoz en el Senado, Josep Lluís Cleries, afirmó que “todo lo que sea dialogar” podría servir para buscar soluciones a Catalunya. La respuesta de su homólogo del PP , José Manuel Barreiro, fue acusarle de “hipocresía”.

La negativa de los conservadores ha indignado a la diputada de Nueva Canarias. “El PP inclumple el reglamento del Senado y lo aprobado por el propio Pleno y nos impide el ejercicio de la función parlamentaria al resto de los senadores. Es escandaloso”, ha declarado López Santana a eldiario.es.

También desde Unidos Podemos, su portavoz, Ramón Espinar, ha censurado que no se vaya a organizar ese Pleno y ha dicho que es “como si el Congreso decide no celebrar una vez al año el debate sobre el Estado de la Nación”.

Pero en el PP insisten en que no creen que precisamente ahora, en víspera de 1-O, sea el mejor momento de recuperar ese debate dada la crispación política reinante.

Además, recuerdan que Puigdemont se ha negado a ir, no solo a la Comisión General de Comunidades Autónomas y a la Conferencia de Presidentes, sino también también al Congreso para explicar sus planes a los demás grupos parlamentarios y someter a votación su propuesta de referéndum. “No viene porque sabe que saldría derrotado, como le ocurrió al exlehendakari Juan José Ibarretxe con su plan de reforma del Estatuto”, dicen.

Por tanto, deducen que aunque fuera convocado un debate sobre el Estado de las Autonomías, Puigdemont tampoco acudiría a la Cámara Alta.

Los conservadores tampoco ocultan que no quieren que ocurra como la semana pasada con división que hubo en el Congreso ante la proposición no de ley (PNL) de Ciudadanos, que buscaba el apoyo al Gobierno de los partidos constitucionalistas –PP, PSOE y Ciudadanos– ante el desafío de los independentistas en Catalunya. El debate acabó con una gran tensión ya que contra todo pronóstico la iniciativa fue derrotada al votar en contra el PSOE, al igual que Unidos Podemos y el PNV.

Tres debates

El Senado, desde que se institucionalizaron estos debates, ha llegado a convocar únicamente tres: en 1994, en 1997 y en 2005, al que solo Ibarretxe se negó a asistir. El resultado fueron sesiones muy largas, de varios días de duración, en las que participaron prácticamente todos los presidentes autonómicos.

Precisamente en el último, el de 2005, Rodríguez Zapatero planteó a las comunidades sus planes de reforma de la Constitución sobre cuatro asuntos sobre los que llegó a consultar al Consejo de Estado: la denominación de las comunidades autónomas, la igualdad de sexos en la sucesión a la Corona, la referencia a la Constitución Europea y la reforma del Senado.

Para mantener una línea de diálogo con las autonomías, el expresidente socialista decidió también institucionalizar las Conferencias de Presidentes, que teóricamente debían tener una periodicidad anual, como los debates autonómicos. El acuerdo fue político y no se plasmó en el reglamento del Senado, en donde permanece la obligación de celebrar los debates sobre el Estado de las Autonomías.

La Conferencia de Presidentes mantuvo con Rodríguez Zapatero cuatro reuniones: la primera en octubre de 2004; la segunda en septiembre de 2005; y las dos siguientes en enero de 2007 y en diciembre de 2009.

Por su parte, Mariano Rajoy ha celebrado dos reuniones de la Conferencia de Presidentes. La primera fue en octubre 2012 y finalizó con el compromiso de las comunidades autónomas con el cumplimiento de los objetivos de estabilidad presupuestaria. La segunda se celebró en enero de este año 2017, para abordar un cambio en la financiación autonómica. A ella ya no asistieron ni el presidente catalán, Carles Puigdemont, ni el vasco, Íñigo Urkullu.

Por entonces ya se palpaba una gran tensión con Catalunya. Tanta que, según publicó La Vanguardia, Rajoy mantuvo un encuentro secreto con Puigdemont en La Moncloa poco antes de aquella Conferencia para convencerle de la necesidad de que acudiera a la cita. No lo consiguió y su relación en él ha ido deteriorándose pese a que volvieron a verse el pasado mes abril para limar asperezas. No hubo manera.

Con estos antecedentes, los llamamientos a reformar la Constitución para que, entre otras cosas, el Senado se convierta en una verdadera Cámara de “representación territorial” han sido constantes. Incluso hay grupos, como Ciudadanos, que abogan por cerrarlo, al considerar que es “un cementerio de elefantes” y no sirve para nada.

Diferentes propuesta de los partidos

Pero las posturas están muy encontradas. Desde Unidos Podemos han planteado una Asamblea en la que se aborde una solución pactada para Cataluña que ha sido bien acogida por el PDeCAT, ERC y el PNV.

Por su parte, el PSOE quiere que el Congreso estudie en la Comisión de Evaluación y Modernización del Estado Autonómico el futuro de las autonomías y busque un encaje para Catalunya sin tener que reformar de momento la Constitución. La idea que sido aceptada por el PDeCat e incluso por el PP, pero el líder de Ciudadanos la ha rechazado argumentando que es “un pasteleo” y que su grupo “no quiere dialogar con golpistas”.

Los de Rivera abogan por sentarse a estudiar con “tranquilidad y sin prisas” la reforma de la Carta Magna en la Comisión Constitucional el Congreso.

La última oferta proviene del propio PP. El presidente del Senado, Pío García-Escudero, admitió este jueves en Ávila la posibilidad de hablar de reformas legales o constitucionales para “poner al día” el modelo territorial, aunque las ha vinculado, “para ser sólidas”, a un consenso equivalente al que hubo en 1978.

En este sentido, considera que “se pueden hablar de reformas de rango legal o constitucional que sirvan, por ejemplo, para perfeccionar y poner al día nuestro modelo territorial descentralizado”.

El debate, pues, está encima de la mesa, aunque como se ve con muchas dificultades para que los partidos se pongan de una vez por todas de acuerdo.

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