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El desaire del PSOE valenciano se suma a los tropiezos de precampaña de Pedro Sánchez con Felipe González y su liderazgo

Pedro Sánchez en una visita en Valencia junto a Ximo Puig

Irene Castro

No ha sido la mejor semana en la cuarta planta de Ferraz. Pedro Sánchez ha tenido tres frentes abiertos en los últimos días, justo en el arranque de la precampaña del 26J, cuando su equipo empieza a elaborar la estrategia de unos difíciles comicios en los que los socialistas le exigen ganar para que tenga asegurado el futuro al frente del partido y en los que la sombra del 'sorpasso' persigue al secretario general, más desde que Podemos e IU cerraron su acuerdo. A las alabanzas de Felipe González a un empresario con negocios en paraísos fiscales y a las dudas sobre su liderazgo, se ha sumado ahora una importante crisis con la federación valenciana, la tercera más potente en número de militantes. 

El entendimiento Ximo Puig con la dirección federal está en un punto muerto. El presidente valenciano quiere llegar a un acuerdo con Podemos y Compromís para la candidatura al Senado. El objetivo: arrebatar la mayoría absoluta al PP, que tuvo tras el 20D nueve de los doce senadores que corresponden a la Comunidad Valenciana. Detrás de la maniobra que persiguen los socialistas valencianos está también su intento de no ver reducidos a cero sus parlamentarios en la Cámara Alta. Es un temor fundado que reconoce la dirección regional tras el pacto de Podemos con IU.

Pero Ferraz se ha enrocado en el 'no'. La dirección federal se niega también al último planteamiento de la federación valenciana: presentar una lista “incompleta” para que el PSOE pueda ratificar la propuesta sin ser necesaria una coalición con Podemos a la que Sánchez se opone radicalmente. La idea que maneja ahora Puig es presentar menos candidatos y en la campaña explicar que los votantes de PSOE, Podemos y Compromís, que también presentarían menos nombres, deben poner la cruz en la papeleta a los aspirantes de las tres formaciones, o dos, ya que los de Iglesias y Mónica Oltra sí irían en coalición. 

La dirección de Sánchez asegura que la Comisión Federal de Listas que se reúne el próximo viernes no aceptaría esa propuesta y “la completaría”. A ese órgano remiten las fuentes oficiales del partido. Sin embargo, los socialistas valencianos seguirán intentando llegar a un entendimiento tanto con las otras dos fuerzas como con Ferraz. “Es una posición firme que vamos a defender hasta el final, porque estamos convencidos”, ha expresado el número dos del PSOE-PSPV, Alfred Boix.

“Nuestra fecha no es el viernes –señalan fuentes del PSPV en referencia al límite que tienen las federaciones socialistas para hacer llegar a Ferraz sus propuestas para las listas–, es el último día para que se puedan registrar las candidaturas”. Esas fuentes aseguran que las conversaciones van a continuar con la intención de que pueda haber un entendimiento. 

Tensión entre Ferraz y el PSOE valenciano

En la dirección socialista ha sentado mal el desaire de Puig. Consideran que el enfrentamiento que se ha producido provoca “ruido” justo en el momento en que empiezan a marcarse las posiciones para el 26J. Los más optimistas sostienen que esta oportunidad para reiterar su “no” a Iglesias, a diferenciarse de Podemos, les viene bien.

No obstante, en el plano interno, las relaciones están aún más tensas. La federación valenciana acusa a Sánchez de decir “no” antes de saber incluso qué se iba a plantear, mientras que en Ferraz reprochan a Puig que haya seguido adelante pese a que le advirtieron de que no les parecía bien la idea de ir junto con Podemos.

También lo intentaron las federaciones balear y aragonesa. Esta última se encontraba en una reunión con las fuerzas de izquierdas en las Cortes mientras Sánchez aseguraba en Cuatro que el PSOE es “un partido autónomo” que no acepta concurrir con otro partido nacional al Senado. No obstante, el problema se ha diluido porque en ambos casos las negociaciones se han frustrado. 

El apoyo de González al socio de Cebrián

Pero la semana no comenzó mejor para Sánchez de lo que ha transcurrido. Los socialistas amanecieron con un vídeo de Felipe González elogiando al empresario iraní Massoud Zandi, que saltó a las portadas por su aparición en los Papeles de Panamá. “No he visto a nadie con más habilidad para crear espacios nuevos (...) Él, por sí mismo, es un creativo irrepetible, no he visto a nadie con más iniciativas audaces y con más capacidad emprendedora (...). Ahora que tanto se habla de espíritu emprendedor, éste es un emprendedor nato”, decía el expresidente en la grabación sobre el que es socio de Juan Luis Cebrián en una petrolera. 

Ferraz se desentendió de sus palabras. En una entrevista en 'Las Mañanas de Cuatro' al día siguiente, Sánchez fue preguntado por el asunto y le restó importancia asegurando que lo había grabado hace dos años. El candidato socialista contará con el expresidente para su campaña. En las filas socialistas, aunque afirman que González es un “referente”, hay dirigentes que admiten que no tiene una buena imagen a raíz de las puertas giratorias o sus amistades con algunos empresarios como Carlos Slim.

El propio Sánchez se desmarcó al principio de su etapa al frente del PSOE de algunas de las actitudes del expresidente, como su pertenencia al consejo de administración de Gas Natural o sus declaraciones sobre Jordi Pujol, que estaba investigado por fraude, blanqueo y otros delitos en la Audiencia Nacional: “Nunca he creído que Pujol sea un corrupto”, dijo González. “Podían estar más calladitos”, respondió Sánchez interrogado por algunas de las declaraciones de exdirigentes socialistas. También arremetió contra las puertas giratorias y aseguró que no se sentía identificado con la decisión de Felipe González de haber acabado sentado en una gran empresa. Aun así, el líder del PSOE ha aprovechado el tirón que el expresidente aún tiene en las bases del PSOE durante las campañas y de su apoyo ante las tensiones internas

Las dudas del liderazgo

Sánchez sabe que se enfrenta a una guerra interna tras las elecciones del 26J de la que en el PSOE ya se han librado varias batallas. Hace apenas diez días, pidió unidad a los suyos y, a puerta cerrada durante la reunión del Comité Federal, reconoció que el gran problema del partido es la división interna. Los barones le darán una tregua hasta los comicios y el grado de pelea dependerá de los resultados. 

En las filas socialistas dan por hecho que si Sánchez no tiene margen para llegar a Moncloa, Susana Díaz dará la batalla por arrebatarle la Secretaría General. El cierre de filas que pidió el candidato se está cumpliendo, pero el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, devolvió a primera línea el debate de su sucesión. Preguntado por si la presidenta andaluza se presentará al Congreso que determinará el liderazgo del partido, el barón socialista respondió: “Yo creo que sí que se presentará y si está convencida de ello, hace bien, es un valor importantísimo para este partido”.

Su declaración se diferenció del “ahora no toca” en el que se escudan los socialistas ante esta situación, pero obligó a Díaz y Sánchez a fijar sus posiciones de nuevo. La presidenta andaluza eludió concretar si esta vez dará un paso al frente y el candidato socialista reiteró su intención de presentarse de nuevo al Congreso del PSOE pase lo que pase el 26J. 

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