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El PSOE ofreció un puesto en el Gobierno a IU-UP en la primera reunión con Alberto Garzón

Pedro Sánchez y Alberto Garzón coinciden en el AVE durante la campaña electoral

Gonzalo Cortizo

El PSOE ofreció a Alberto Garzón la entrada de IU en el Gobierno durante la primera reunión que los equipos negociadores de ambas formaciones mantuvieron el 8 de febrero. El ofrecimiento, según han confirmado eldiario.es fuentes de ambas formaciones, partió del lado socialista. Rodolfo Ares fue el encargado de hacer la propuesta, sin delimitar carteras ni nombres concretos. Garzón y su equipo la declinaron y argumentaron que la discusión que les reunía ese día se limitaba al programa. 

El PSOE desmiente que el ofrecimiento se haya producido de manera concreta: “No se ha ofrecido ningún Ministerio. No se ha hablado de quién forma el Gobierno”, señala a eldiario.es un portavoz oficial. La afirmación socialista es correcta. Nadie ha entrado en el detalle del reparto de carteras pero los primeros sondeos sobre la disposición a compartir mesa en el Consejo de Ministros ya se han producido. Desde Izquierda Unida-Unidad Popular se limitan a señalar que “no vamos a establecer un diálogo sobre puestos o sillones, estamos aquí para hablar sobre el programa y la posibilidad de apoyar o no la investidura de Pedro Sánchez”.    

Antes del encuentro de los equipos negociadores, Garzón ya se había reunido con Pedro Sánchez en la primera ronda que el socialista convocó para sondear las posibilidades de acuerdo con las que enfrentar la investidura. En ese primer encuentro, en el que también participó Cayo Lara, no hubo ni ofertas ni referencias a los detalles de un acuerdo que, posteriormente, empezaron a tejer los equipos negociadores. 

La actitud del PSOE con Izquierda Unida es contradictoria con su relato ante la petición de Podemos de un reparto de cargos. Cuando, el pasado 22 de enero, Pablo Iglesias reclamó para sí la vicepresidencia de un Gobierno de Sánchez, el PSOE reaccionó afirmando que el reparto de cargos no estaba todavía sobre la mesa de negociaciones. Esa afirmación se ha venido repitiendo hasta el momento presente y en ella se ha cimentado el bloqueo de las negociaciones entre la segunda y tercera fuerza en escaños tras el 20D. Mientras el PSOE afirmaba que no era tiempo para el reparto de ministerios, formaciones como IU recibían ofertas en sentido contrario. 

“Primero es el para qué y después el con quién”. El último en usar la frase ha sido el propio Pedro Sánchez esta semana, pero todo el PSOE la ha venido repitiendo a lo largo del proceso negociador para intentar convencer a Podemos de que rectifique su negativa a sentarse a la mesa sin que el reparto de ministerios esté en el inicio de las negociaciones.

Con Izquierda Unida, sin embargo, las cosas han sido muy diferentes. El ofrecimiento llegó a la negociación en la primera reunión mantenida por los equipos de ambos partidos. La idea partió de los socialistas, sin que Alberto Garzón llegase a realizar ninguna petición de carteras. Izquierda Unida no ha aceptado, por el momento, la oferta del PSOE e insiste en mantener el camino de las negociaciones por la vía de la discusión de un programa de Gobierno que pueda ser asumido por ambas formaciones y dé pie a un voto positivo en la investidura de Sánchez. 

Las negociaciones entre PSOE e IU continúan y atraviesan un momento de entendimientos reconocido por ambas partes. Los de Garzón y los de Sánchez se han puesto de acuerdo sobre 12 puntos en los que podría cimentarse un programa de gobierno centrado en el rescate social y las medidas de emergencia contra la crisis. Izquierda Unida tiene previsto someter al voto de su militancia el acuerdo que finalmente alcancen con los socialistas para que el sentido de su voto en la investidura tenga el refrendo de sus bases. Si finalmente se decide entrar en el Gobierno, habría una segunda consulta para pedir el aval de los militantes antes de tomar esa decisión, tal y como adelantó la diputada Sol Sánchez en una entrevista a eldiario.es.

Pedro Sánchez ha repetido en numerosas comparecencias públicas que está dispuesto a incorporar a independientes y personas de otras formaciones en el Gobierno en caso de resultar elegido. El día 5, durante una entrevista en la Cadena SER, afirmaba: “No me cierro a nada. Estamos en un momento nuevo, estamos pisando terreno ignoto”. 

El PSOE prefiere compartir la responsabilidad de gobierno ante la dificultad de levantar la legislatura con solo 90 diputados. La complicidad de Izquierda Unida y de Compromís le ofrecería a Pedro Sánchez el puente para llegar a conseguir los votos favorables de Podemos en las votaciones más complicadas. Los históricos del PSOE, a los que Sánchez consulta con asiduidad, le recomiendan que no intente gobernar en solitario para evitar tener que luchar contra la oposición de fuerzas en todo el arco parlamentario e ideológico. 

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