Padre de chileno detenido en México se dice aliviado por orden de liberación

Desde las afueras del reclusorio de alta seguridad en Villa Aldama, estado de Veracruz, Alberto Maxwell Canales, padre del chileno detenido en una protesta en la capital mexicana, asegura sentirse aliviado por la libertad legal que hoy un juez ordenó para su hijo.

“La palabra precisa es alivio. Y en el alivio hay felicidad y alegría. Descansé, fue como un globo al que le quitaron el aire. Estas noches he dormido muy mal y hoy dormiré muy bien”, afirmó a Efe.

El hombre, de piel blanca y pelo canoso, lleva horas en los alrededores del Centro de Readaptación Social Federal Número Cinco Oriente en espera que sea puesto en libertad su hijo Lawrence Maxwell Ilabaca, detenido en el Zócalo (plaza principal) de Ciudad de México la noche del 20 de noviembre.

El Juzgado Decimoséptimo de Distrito con sede en Xalapa, capital del estado oriental de Veracruz, determinó que no existen elementos suficientes para procesar penalmente a 11 detenidos, entre ellos el chileno.

Desde esta región montañosa de Veracruz, Alberto Maxwell considera que Lawrence debe seguir apoyando causas justas, entre ellas la demanda de que aparezcan con vida los 43 estudiantes de una escuela rural para maestros desaparecidos desde el 26 de septiembre en Iguala, estado sureño de Guerrero.

“Le tengo que decir a mi hijo que haga lo que estime conveniente hacer, que él es ya un hombre, tiene su vida decidida, pero que apoye las causas que crea. Él siempre ha apoyado las causas justas y es necesario que lo siga haciendo”, afirmó.

Pero añadió que su hijo sí debe ser más cauto, pues no es posible, dice con dejo de molestia, que te apresen enredado en una bicicleta en medio de una manifestación.

“Pero no por eso hay que dejar de solidarizarse con las causas que hay que solidarizarse, y 43 muchachos desaparecidos es una causa para solidarizarse y los muertos en fosas es una causa para solidarizarse, que los mexicanos pidan justicia e información sobre los desaparecidos es una causa con la que deben solidarizarse”, señaló.

En medio de una calle sin pavimentar, adelanta que le pedirá a su hijo ser cauto, regresar a Chile en estas épocas y posponer la defensa de su tesis de doctorado en Literatura que cursó en México.

“Sería conveniente que en este momento del año vaya a Chile, por un tiempito. Estamos iniciando el verano y hace mucho calor; tenemos un campito que tiene que hacer arreglos”, afirmó.

Ante la posibilidad que su hijo sea deportado de México por supuestamente haber violado el artículo 33 constitucional, que prohíbe a extranjeros inmiscuirse en asuntos políticos del país, confió en que ello no ocurrirá y que podrá seguir en el país si lo desea.

A los pocos minutos, autoridades diplomáticas de Chile le notificaron a Alberto que a las afueras de la penitenciaria sería imposible recibir a su hijo, pues éste sería trasladado a oficinas migratorias para definir su situación legal.

La noticia en nada lo acongojó, y por el contrario emprendió camino a la delegación del Instituto Nacional de Migración del puerto de Veracruz, donde al ver a su hijo le dirá, adelanta: “Lo quiero mucho”.

Durante las protestas del 20 de noviembre en Ciudad de México se registraron dos incidentes aislados de violencia protagonizados por embozados que atacaron a las fuerzas de seguridad con bombas molotov, piedras y petardos; el primero en las inmediaciones del aeropuerto capitalino y el segundo al final de una concentración en el Zócalo.

Ese día decenas de miles de personas se congregaron en la principal plaza capitalina para exigir la aparición con vida de los 43 estudiantes desaparecidos hace dos meses a manos de policías y miembros del crimen organizado.