El Partido Comunista y el Gobierno filipino acuerdan continuar negociaciones

El ilegalizado Partido Comunista y el Gobierno de Filipinas han decidido mantener sus negociaciones de paz pese a la cancelación de la cita prevista entre ambas partes para el 28-30 de junio en Oslo, informaron hoy fuentes oficiales.

Así lo confirmó en un comunicado el Frente Democrático Nacional de Filipinas, que representa al Partido Comunista y su brazo armado, Nuevo Ejército del Pueblo (NEP), en las conversaciones iniciadas hace dos años.

Los negociadores de ambas partes acordaron en una reunión en Utrecht (Holanda) continuar los contactos, elegir una fecha para la próxima reunión y rebajar la crispación de los últimos días.

Los roces comenzaron cuando el presidente filipino, Rodrigo Duterte, decidió anular el encuentro en Oslo y luego exigió que las negociaciones tuvieran lugar en Filipinas.

El fundador del proscrito Partido Comunista de Filipinas, Jose Maria Sison, respondió acusando a Duterte de obstruir las conversaciones de paz y aplazando su anunciado regreso en agosto a su país desde el exilio en Holanda.

Bajo el mandato de Duterte, iniciado el 30 de junio de 2016, se relanzaron las negociaciones con los rebeldes comunistas y se firmó un alto el fuego en agosto de ese año que se prolongó seis meses.

En diciembre de 2017, Duterte declaró como organizaciones terroristas al NEP y al Partido Comunista tras varios atentados con muertos civiles, y el Ejército lanzó una ofensiva con numerosos choques armados este año.

Fundado en 1969, el Nuevo Ejército del Pueblo figura como organización terrorista en las listas de Estados Unidos y de la Unión Europea, es una de las guerrillas comunistas más antiguas de Asia y cuenta con unos 6.000 combatientes regulares.

El Partido Comunista de Filipinas apoya explícitamente su lucha armada, que ha causado más de 30.000 muertes en las últimas cinco décadas.