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Pedro Sánchez confía en que un pacto con Ada Colau en Barcelona facilite su investidura

Pedro Sánchez pasa junto a Pablo Iglesias durante la primera sesión del Congreso.

Irene Castro / Aitor Riveiro

La puerta a un pacto de izquierdas que el miércoles parecía haberse cerrado se abrió ligeramente el jueves. Al menos así lo ven en el PSOE. El motivo: las negociaciones abiertas en Barcelona para lograr un amplio acuerdo que dé estabilidad al Gobierno municipal que preside Ada Colau. Las conversaciones, discretas durante el periodo preelectoral, incluyen a ERC y el PSC y fueron confirmadas el mismo martes por la alcaldesa y líder de Barcelona En Comú, la pata fundamental de la candidatura de confluencia catalana que ganó los comicios el 20D y muy cercana a la dirección estatal de Podemos.

Un día después, el secretario general del PSOE daba su plácet público a las conversaciones en una entrevista en TVE: “Ada Colau ha ofrecido un pacto de izquierdas al PSC y vamos a entrar a dialogar, a debatir y a poder acordar un pacto de izquierdas con Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona”. El candidato del PSOE fue un paso más allá y usó el ejemplo de Barcelona para volver a proponer un pacto similar a escala nacional. Y dejaba la pelota en el tejado de Podemos y de su líder: “Me gustaría que el señor Iglesias hiciera lo propio en España y que, como he hecho yo, tendiera la mano a ese diálogo entre el PSOE y Podemos”.

Desde Barcelona, sin embargo, todas las fuentes consultadas por eldiario.es circunscriben las conversaciones al ámbito municipal. “Estamos centrados en Barcelona”, asegura una dirigente del Ayuntamiento. “Es estrictamente municipal”, corrobora otra persona conocedora de las negociaciones.

El diálogo arrancó hace varias semanas. “Ya hace tiempo que Ada [Colau] ofreció ese acuerdo”, se asegura desde Barcelona. La dura confrontación electoral motivó que los contactos fueran discretos, explican las mismas fuentes. La alcaldesa “se ve regularmente con Alfred Bosch [portavoz de ERC], y Jaume Collboni [PSC] y hace semanas que se habla, pero el escenario electoral no facilitaba” la comunicación, exponen.

Desde el PSC el mensaje es casi coincidente. Casi. “El acuerdo es por y para Barcelona, no tiene nada que ver con la política catalana ni la española”, señalan fuentes socialistas. El portavoz del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni, agrega en conversación con eldiario.es que no cambiará su posición sobre temas como la hipotética consulta en Cataluña sobre la independencia en las posibles votaciones que se den a nivel municipal.

Además, asegura que la posibilidad de que entre a formar parte del Gobierno local dependerá de que el pacto incluya los presupuestos y la negociación sobre el programa para los próximos cuatro años -la aspiración de Colau es que el acuerdo de izquierdas permita cerrar el modelo de ciudad a 10 años vista, según fuentes municipales. El PSC también aspira a que el acuerdo sea “entre iguales” independientemente de quién tenga más representantes. “No queremos ser un partido bisagra”, argumenta Collboni.

A pesar de que oficialmente se circunscribe el acuerdo a la ciudad de Barcelona, fuentes del PSC admiten, en consonancia con Pedro Sánchez: “Si se demuestra que las izquierdas son capaces de entenderse en un Ayuntamiento tan importante como el de Barcelona, no hay excusa para que no lo hagan a nivel español. Al final, acaba interpelando a Pablo Iglesias. No tienen que ver, son pactos distintos, pero favorecería las cosas”.

En el seno socialista el camino tampoco es sencillo. El PSOE aprobó tras las municipales y autonómicas de 2014 que no entraría en ningún Gobierno en el que no fuera la primera fuerza de la izquierda. Lo cumplió en las grandes capitales excepto en Valencia. En Ferraz argumentan que la hipotética entrada del PSC en Gobierno de Ada Colau -algo a lo que los socialistas catalanes están dispuestos- depende de ese partido y recuerdan que es una organización diferente que tiene “su propio Consell Nacional”.

En Madrid, la ciudad que gobierna Manuela Carmena con el apoyo puntual del PSOE, los socialistas creen que la entrada o no en el Ejecutivo municipal está en su mano y que manejarán los tiempos como consideren. “No hemos vuelto a reconsiderarlo pero tampoco hemos cerrado la puerta”, expresa la portavoz en la capital, Puri Causapié. Insiste en que la decisión dependerá de la política madrileña exclusivamente aunque reconoce que actualmente el “panorama general es complejo”. Al no haberse planteado aún su entrada en Cibeles, Causapié evitar decir cómo soslayarían la prohibición que se dieron los socialistas de entrar en gobiernos en los que fueran la tercera fuerza más votada. 

Fuentes municipales de Ahora Madrid consultadas por eldiario.es sostienen que no se plantean un pacto como el que se está fraguando en Barcelona. “No hay nada de nada”, zanjan.

Las líneas rojas se mantienen

Pese a la posibilidad de acuerdo en Barcelona y al intento de Pedro Sánchez de utilizarlo para afianzar su posición de posibilitador de un pacto que desaloje al PP del Gobierno, las posiciones negociadoras de PSOE y Podemos siguen igual. El secretario general del PSOE aseguró este jueves que Pablo Iglesias tiene una “pataleta” tras el acuerdo con Ciudadanos que ha propiciado que Patxi López sea el presidente del Congreso.

Sánchez, sin embargo, no se baja del rechazo a las dos principales peticiones que ha puesto sobre la mesa Podemos y las confluencias: los grupos propios de En Comú Podem, En Marea y Compromís-Podemos y la celebración de un referéndum en Cataluña. Sobre lo primero, esgrime una imposibilidad jurídica a la que se suma que la mayoría de la Mesa del Congreso está en manos de PP y Ciudadanos. La segunda la rechaza políticamente: “Hablemos de reformar la Constitución y el Estatuto de Cataluña. No al referéndum”.

El número dos de Podemos, Iñigo Errejón, se mostró ligeramente conciliador en el Congreso en la mañana del jueves. Ante los medios, el flamante diputado dijo confiar en que “estos días pueden servir para que algunos reflexiones y le pongan sentido de Estado” a la negociación. “Con la situación que hay en Cataluña”, aseguró en referencia al proceso independentista, “no sería un buen mensaje que la Mesa del Congreso se tapara los ojos frente a la diversidad nacional de nuestro país”.

Y hasta aquí. Errejón acusó al PSOE de “cerrazón e inmovilismo” y acusó a Pedro Sánchez de no ser sincero en sus propuestas. “Uno no puede decir por las mañanas 'Portugal, Portugal, Portugal' y por la tarde 'Alemania, Alemania, Alemania”, en referencia a la visita que el líder socialista hizo al primer ministro portugués, que fraguó un pacto de gobierno con comunistas y diputados del Bloc de Esquerdas.

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