Pedro Sánchez logra a la segunda el apoyo de Ximo Puig a su senda presupuestaria sin sumar votos a favor en el Congreso

El Gobierno de Pedro Sánchez se ha volcado en las últimas semanas en revertir el revés que sufrió antes de las vacaciones de verano con el rechazo del Congreso a la senda de estabilidad presupuestaria que había negociado con Bruselas para el trienio 2019-2021. De momento, ha logrado que la Generalitat valenciana, cogobernada por el PSOE y Compromís, haya pasado de la abstención al sí en la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), celebrado este miércoles. El coste ha sido de 850 millones de euros.

Este cambio no implica que los cuatro diputados de Compromís vayan a modificar su posición en la segunda votación que se tiene que celebrar en las Cortes, según ha confirmado eldiario.es. Su portavoz en el Congreso, Joan Baldoví, ha asegurado en conversación con este medio que a la coalición nacionalista “le parece un ligero avance, pero insuficiente” lo logrado por el Consell que dirige el socialista Ximo Puig por lo que, hoy por hoy, siguen en la abstención.

Baldoví reclama una negociación directa con la ministra y defiende que “sin la abstención de Compromís en la anterior votación”, hace un mes, “no se habría producido ningún avance por parte del Ministerio de Hacienda”. “Nuestra postura fue la correcta, ha logrado que el PSOE dé algunos pasos”, zanja.

El cambio de voto de la Generalitat valenciana no varía así el panorama para el Gobierno de Sánchez, que esta misma tarde se reúne con los representantes de Unidos Podemos-En Comú-En Marea para abordar una negociación más amplia que pudiera modificar la posición de los 67 diputados del grupo confederal, según ha adelantado este miércoles eldiario.es.

La opinión de las comunidades autónomas en el CPFF telemático de este miércoles, así como la de los ayuntamientos en la Comisión Nacional de Administración Local (CNAL) de mañana, es preceptiva, pero no es vinculante. El resto de regiones han mantenido la posición de hace un mes. Las del PP han votado en contra, así como Canaria. Todas las gobernadas por el PSOE y Cantabria, a favor. País Vasco y Navarra no están en este órgano al tener Hacienda propia y Catalunya mantiene su negativa a participar, ya que apuesta por las negociaciones bilaterales.

Reunión con Unidos Podemos

Sí son vinculantes las posturas del Congreso y del Senado. Y ahí el Gobierno de Sánchez no ha logrado sumar, de momento, ni un solo voto. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha mantenido contactos durante todo el mes de agosto con los grupos y diputados que apoyaron la moción de censura que aupó a Pedro Sánchez a La Moncloa.

La negociación más importante la mantiene con Unidos Podemos-En Comú-En Marea. El Ejecutivo y el grupo confederal se han intercambiado sendos documentos en la última semana, aunque solo se ha hecho público el de Unidos Podemos. Esta tarde mantienen su primera reunión formal, pero las posiciones se mantienen fijas. El Gobierno no está dispuesto a reabrir la negociación con Bruselas y Unidos Podemos defiende que un déficit del 1,8% impide las políticas expansivas y contra la austeridad que viene demandando desde hace años.

Las conversaciones, así, van a superar el marco de la senda de estabilidad para buscar una suerte de acuerdo económico de legislatura de cara a los próximos Presupuestos Generales del Estado, toda vez que el acuerdo sobre el déficit parece imposible. El rechazo de la estabilidad presupuestaria no bloquea la negociación de las Cuentas de 2019.

La portavoz del PSOE, Adriana Lastra, “ni los militantes, ni las bases, ni los ayuntamientos” gobernados por Podemos “entenderían” que el grupo parlamentario se abstuviese o votase en contra del techo de gasto propuesto por el Gobierno de Pedro Sánchez y ha pedido a la dirección de la coalición morada “reflexiones sobre esa posición”, informa Europa Press.

Su homóloga de Unidos Podemos, Ione Belarra, ha insistido este miércoles en la necesidad de buscar un acuerdo amplio que permita revertir las políticas impuestas por el PP. Y ha recordado que el PSOE votó en contra de la Ley de Estabilidad Presupuestaria que ahora rechaza derogar.

Esa ley es la que concede capacidad de veto al Senado, controlado por el PP por mayoría absoluta, lo que convierte en un trámite la votación en el Congreso ya que, aunque saliera aprobado un nuevo déficit, caería en la Cámara Alta.

El PSOE, además, debe intentar convencer a ERC, PDeCAT y Compromís, que también se abstuvieron hace un mes. Los partidos catalanes han dejado la negociación en manos de la Generalitat.

La coalición valenciana, por su parte, se mantiene en la abstención. “Los socialistas valencianos votaron que sí en julio. Sin la abstención de Compromís, no se habrían logrado avances portavoz en el Congreso”, zanja Baldoví.