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Pedro Sánchez reivindica su liderazgo ante un PSOE dividido

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez

Gonzalo Cortizo

“Amigos y amigas”. Han sido las primeras palabras de Pedro Sánchez al Comité Federal del PSOE que, en un ambiente enrarecido, se ha dado cita en medio de las vacaciones de Navidad. El secretario general de los socialistas no está dispuesto a permitir que los principales barones le tuerzan el brazo y mantiene su intención de intentar formar Gobierno si Rajoy no lo consigue antes. En su discurso ante los representantes territoriales del PSOE, Sánchez ha hecho balance de su mandato al frente del partido para concluir que el PSOE tiene buenos cimientos para construirse como alternativa.

Para evitar las críticas, el líder socialista ha aclarado que está dispuesto a dialogar sobre todo, excepto sobre “la integridad de España”. Con su frase, Sánchez conjura la excusa ondeada por los barones más críticos para intentar tirarlo de la silla. Para garantizarse ese matiz, los principales poderes del PSOE a nivel regional se reunieron con su líder durante la noche previa a la reunión de este lunes. El problema es que los barones dicen que les preocupa la integridad de España, cuando lo que realmente se está decidiendo en el PSOE es si derrotar al líder y bloquearle el camino a una nueva candidatura, en caso de que las elecciones se tengan que repetir.

En esa falta de claridad se están moviendo los principales mandatarios del PSOE. A micrófono cerrado no son pocos los que reconocen que Sánchez debe dejar paso a un nuevo liderazgo en el partido. Sin embargo, cuando las grabadoras están en on, lo único que les preocupa es que Sánchez quiera intentar un pacto con quien pide un referéndum en Cataluña.

Así las cosas hoy todo se lee entre líneas en Ferraz. “Respetemos los tiempos”, ha dicho Sánchez. “Tranquilidad, paso a paso”, ha insistido. El secretario general del PSOE es plenamente consciente de que la tierra se mueve bajo sus pies de ahí lo críptico de sus mensajes: “Sin atajos, las soluciones irán surgiendo”, ha concluido.

Sobre el resultado de las elecciones generales, Sánchez hace una doble lectura. “El PSOE no cumplió. Salimos a ganar y no ganamos”, es la primera frase de manual que utiliza Sánchez para cumplir con la autocrítica que Susana Díaz y otros barones han exigido tras el 20D. Más allá de este análisis hay otro más optimista y el líder del PSOE no ha querido callárselo ante los suyos: “Nos enfrentamos a un escenario político nuevo”, “el PSOE logró ser la centralidad”, “hemos recuperado gobiernos y somos la alternativa”.

Además Sánchez ha querido reconocer por primera vez presiones de los poderes económicos y la existencia de “una coalición de intereses contra el PSOE”. “Yo pasé ese rubicón”, ha dicho en referencia al momento en el que anunció que no apoyaría ni a Rajoy ni al Partido Popular. El todavía secretario general del PSOE no solo ha analizado la situación creada tras el 20D. En su discurso ha hecho referencia a todo su mandato al frente de los socialistas con cuatro citas electorales en solo un año: “Hemos recuperado gobiernos. Son buenos cimientos sobre los que construir”.

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