Pescadores y ONG critican la “cultura del sur” en el control de las capturas

Representantes de pescadores y ONG pidieron hoy, en un seminario, que los gobiernos europeos promuevan una política pesquera que recupere los recursos marinos y han criticado, especialmente, la “cultura” de los países del sur, como España, a la hora de vigilar y cumplir las normas.

Han debatido, además, sobre la reforma de la Política Pesquera Comunitaria (PPC) que negocia la Unión Europea (UE) y han abogado por un cambio de mentalidad para recuperar los caladeros y conseguir que las ayudas beneficien más a las flotas artesanales.

Sin embargo, han sido los representantes de los pescadores de Escocia y de Francia quienes más han insistido en que entre los países del “sur” -como España, principal potencia pesquera de la UE-, hay más inclinación a defender los intereses del sector que el estado de los fondos marinos.

El seminario, que se celebra en Saint Raphael (sureste de Francia), ha sido promovido por Internews, una organización internacional dedicada al desarrollo de medios de comunicación.

El director de la asociación de pescadores de Escocia SWFPA, Mike Park, ha asegurado que en el caso de España hubo ocasiones en que “se dejaron de presentar” datos científicos que acreditaban que había que reducir las capturas de especies como la merluza, el gallo o el rape.

Park ha recalcado que entre de los mismos pescadores europeos existe una diferencia clara entre flotas de Escocia, Dinamarca o Noruega (que no está en la UE) -respecto a la necesidad de sacar adelante medidas para proteger los caladeros-, frente a la actitud de las de Francia, España o Italia.

En este sentido, el representante de la Plataforma mediterránea de Pescadores Artesanales, el francés Christian Decugis, lejos de defender a sus compatriotas y vecinos, ha apuntado que su colega escocés “no se equivoca”.

Como ejemplo, Decugis ha citado que ciertas redes de deriva se prohibieron en 2002 y hasta hace muy poco se han utilizado en Italia, lo que recientemente ha motivado una sanción.

Park ha añadido que en el sector pesquero hay mucha “testosterona”, pero dado el estado de los caladeros es conveniente cambiar la mentalidad y aceptar ideas como el uso de cámaras en los barcos, como medida de control, ya que “también están (las cámaras) en las calles y en los edificios públicos”.

En el seminario ha sido presentada también la campaña Fisfight, que ahora está en marcha en varios países europeos -en España con el lema “Ni un pez por la borda”- cuyo objetivo es concienciar a los políticos y movilizar a los ciudadanos contra los descartes.

Los descartes son las capturas accidentales que después, cuando los peces están muertos son arrojados al mar, y Bruselas plantea, en la reforma de la PPC, su eliminación, lo que hoy han apoyado organizaciones ecologistas como Oceana o la coalición Ocean2012.

Existe un consenso general sobre la necesidad de acabar con este problema, pero los representantes de los pescadores han señalado que no es realista hablar de su eliminación, ni del término “prohibición”, sino que serían más aconsejables medidas para propiciar que se reduzcan.

Por ejemplo, Park ha sugerido ofrecer a los pescadores un aumento de cuota de una especie, a cambio de que se “responsabilicen” de desembarcar exactamente lo que capturan y no tirar nada.

Una de las razones de los descartes es la regulación actual, según el secretario general del Consejo Consultivo Regional para las Aguas Occidentales del Sur, Benoît Guerin, pues, por ejemplo, en algún caso como la pesca de atún rojo en el Cantábrico “el propio pescador ha tirado peces con dolor de conciencia” para que no le castiguen por exceso de cuota.

Por otro lado, un estudio de NEF y Ocean 2012 plantea otra solución para los caladeros: una moratoria de cinco años en la captura de las especies en situación más delicada.

Guerin y Park, en nombre de la flota, han respondido que esa idea implicaría dejar fuera del mercado a los pescadores europeos, a la vez que favorecería las importaciones.