Piden 15 años de cárcel para los etarras Oier Gómez e Itziar Moreno

La Fiscalía francesa pidió hoy sendas penas de 15 años de cárcel para los etarras Oier Gómez Mielgo e Itziar Moreno Martínez, acusados de haber herido de bala a un gendarme durante una persecución policial en abril de 2011, después de que la banda hubiera decretado su alto el fuego.

La fiscal del Tribunal de lo Criminal de París, Maryvonne Caillibotte, insistió en que hubo “una intención homicida” en los tiros contra las dos parejas de gendarmes que persiguieron a Gómez Mielgo (33 años) y Moreno Martínez (34 años) por unas carreteras secundarias de una región rural del centro de Francia el 9 de abril de 2011.

Los dos etarras lograron escapar en un primer momento, pero acabaron abandonando el vehículo robado en el que viajaban y fueron capturados al día siguiente en la localidad de Croze.

Caillibotte justificó en su requisitoria los 15 años de prisión solicitados para “tener en cuenta la gravedad de los hechos”, y en particular porque con su actitud demostraron que “no tenían ninguna preocupación por la vida ajena”.

Aunque todas las pruebas periciales y de los testigos certifican que fue Gómez Mielgo el que disparó, mientras que Moreno Martínez conducía, insistió en que ambos merecen la misma condena porque fue “una acción absolutamente concertada”.

Según su análisis, la etarra no se limitó a ser cómplice del tirador, sino que por la forma en que conducía el coche, acelerando o frenando en función de las necesidades del que utilizó el arma “fue un elemento esencial” para que pudiera ajustar sus tiros.

Además de las balas que se incrustaron en los dos coches de los gendarmes, una de ellas alcanzó al agente que conducía uno de ellos en el hombro, a pocos centímetros de la arteria aorta, señaló la representante del Ministerio Público.

La abogada de la defensa, Clara Rouget Araníbar, se esforzó por su parte en convencer de que Itziar Moreno no puede ser acusado de tentativa de homicidio, y de que no se puede comparar su responsabilidad con la de Oier Gómez, que disparó a los gendarmes.

“Su única intención era escaparse, y ninguna otra”, declaró Rouget Araníbar, que consideró que la inculpación de tentativa de homicidio que pesa sobre ella “es una aberración jurídica”.

Caillibotte insistió en que esta pareja de etarras no pueden acogerse a ningún beneficio que pudiera derivar del fin de la lucha armada de ETA, en primer lugar porque con su tiroteo contra los gendarmes pusieron en evidencia que no estaban implicados en el alto el fuego unilateral que la organización terrorista había anunciado en enero de 2011.

Además, en términos más generales manifestó sus dudas sobre el alcance de todas esas declaraciones: “Si ETA dice que no es una organización terrorista, ¿por qué no disolverse y disociarse de la historia que arrastra para eventualmente hacer emerger otra entidad?”.

Los dos encausados, como han hecho desde el primer día del proceso el pasado día 19, se negaron hoy a estar presentes en la sala de audiencia como forma de protesta con un tribunal al que negaron legitimidad para juzgarlos.

Tampoco van a acudir esta tarde durante el alegato de la defensa y ni siquiera a la lectura del veredicto, una vez que termine la deliberación de los jueces.

Su letrada atribuyó esa actitud a que consideran que este tribunal francés “no es el lugar” para explicarse de los hechos, y a que sólo están dispuestos a hacerlo “ante la justicia transaccional”.

Una de las exigencias de la banda a los Gobiernos de España y de Francia, a los que Rouget Araníbar reprochó un bloqueo “incomprensible” para no implicarse en un proceso similar al que ha llevado al acuerdo entre la guerrilla de las FARC y las autoridades colombianas.