Polonia lamenta la muerte del cardenal que lideró su Iglesia durante los años difíciles

Las autoridades polacas lamentaron hoy la muerte del cardenal polaco Jozef Glemp, una de sus figuras más relevantes que lideró la Iglesia católica de Polonia en los últimos años del comunismo y durante la transición hacia la democracia.

El presidente de Polonia, Bronislaw Komorowski, dijo sentir una “gran tristeza” por el fallecimiento de Glemp, de quien destacó su “capacidad de pensar a largo plazo y con gran responsabilidad en uno de los períodos más difíciles” para el país, que en 1981 sufría la Ley Marcial y, pocos años después, la caída del Muro de Berlín y el abrupto final de comunismo.

“Siempre confió en que el entendimiento mutuo y la Justicia prevalecería en última instancia. Por lo tanto, él encaró los días difíciles de la Ley Marcial y la década de los 1980 pidiendo siempre el entendimiento mutuo, el perdón y la unidad”, añade un comunicado emitido hoy por la diócesis de Varsovia.

El que fuera cardenal primado de Polonia falleció esta madrugada a los 83 años de edad víctima de un cáncer de pulmón, después de una larga convalecencia en un hospital de la capital polaca.

El expresidente polaco Aleksander Kwasniewski, quien fue ministro en el gobierno comunista, también destacó en un comunicado la pérdida que supone la muerte de Glemp, al que calificó de “socio serio” en un momento difícil, “amable, religioso y dedicado a la Iglesia católica polaca”.

Jozef Glemp se convirtió en presidente de la Conferencia Episcopal polaca y primado de Polonia en 1981, tres años antes de que Karol Wojtyla se convirtiese como Juan Pablo II en el primer Papa polaco en la historia, quien le ordenó como cardenal en 1983.

Al frente de la Conferencia Episcopal se mantuvo hasta 2004 y como primado de Polonia hasta 2009.

Como cardenal asistió al final de comunismo en 1989-1990, después de años de lucha por la democracia en los que la Iglesia católica local jugó un papel decisivo al lado de los opositores a la dictadura, llegando incluso a sufrir en sus propias filas la represión de las autoridades comunistas.

Durante la Ley Marcial se hicieron famosos sus llamamientos a la paz, pero también su asistencia a los encarcelados y represaliados por el Régimen.

Esa valentía de la Iglesia durante los años más difíciles es en gran parte responsable del fuerte apoyo que la institución tiene hoy, más de 20 años después de la llegada de la democracia, algo que se traduce en el importante porcentaje de fieles polacos que acuden cada domingo a las parroquias y en el gran peso social de sacerdotes y obispos.

Ya durante la democracia, el cardenal Glemp trató de limar asperezas entre católicos y judíos, y pidió en diversas ocasiones disculpas por actitudes antisemitas de algunos miembros de la Iglesia católica.

Su mandato también coincidió con el ingreso de Polonia en la Unión Europea, un proceso en el que, gracias al respeto con el que siempre contó entre los obispos polacos, consiguió el consenso de la jerarquía católica en el camino hacia Europa.

Glemp será enterrado en la catedral de Varsovia el próximo lunes, informó hoy la Curia local.