Poroshenko alerta sobre la tendencia al agravamiento de hostilidades en Ucrania

El presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, alertó hoy sobre “la constante tendencia al agravamiento” de las hostilidades en el este de Ucrania, donde tiene lugar la última fase del repliegue del armamento ligero de la línea del frente.

“Estos intentos de minar los acuerdos de paz de Minsk (...) demuestran que los riesgos a la seguridad nacional, la soberanía, la integridad territorial e independencia de Ucrania siguen siendo extraordinariamente altos”, afirmó el presidente.

Poroshenko, que hizo estas afirmaciones durante una reunión del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional, denunció que ayer y hoy “tuvieron lugar enfrentamientos militares” provocados por las milicias prorrusas.

Recordó que los soldados ucranianos han recibido la orden de “disparar a matar” en caso de “suma necesidad” y sólo si son objeto de un ataque y su vida corre peligro.

Con todo, Poroshenko subrayó que el presupuesto de defensa de Ucrania para 2016 se basa en el pronóstico optimista de que la paz reinará en el este de Ucrania.

Hasta hace poco, Poroshenko había destacado en varias ocasiones que ambos bandos estaban respetando de manera casi rigurosa la nueva tregua que entró en vigor el 29 de agosto pasado, pero la tensión ha aumentado en las últimas dos semanas.

Kiev y los separatistas se han acusado de violar continuamente el alto el fuego e incumplir sus compromisos de retirar el armamento ligero del frente, donde debe crearse una zona desmilitarizada de 30 kilómetros de ancho.

Teóricamente, ambos bandos ya han replegado su armamento pesado y ligero -tanques, artillería, lanzaderas de misiles y morteros- del frente en la región de Lugansk, pero este proceso aún no ha sido completado en la vecina Donetsk.

La escalada se ha producido después de la celebración a finales de octubre de elecciones locales en todo el territorio nacional con la excepción de las zonas controladas por los separatistas.

Ambos bandos han acordado proseguir el cumplimiento de los acuerdos de paz en 2016 por recomendación de los países mediadores -Rusia, Francia y Alemania-, pese a que Poroshenko se oponía terminantemente a prolongar su aplicación.