“El maestro del Prado”, de Javier Sierra, abre el Museo a nuevos visitantes

“El maestro del Prado”, de Javier Sierra, el libro de ficción nacional más vendido en España en 2013, ha reavivado el interés del público por la pinacoteca madrileña, despertando en los seguidores del escritor la curiosidad por visitar este museo y las obras reflejadas en la novela.

Definida por Sierra como “una mezcla de novela de intriga, de libro de arte y de autobiografía”, la obra, publicada el pasado febrero bajo el sello de Planeta, lleva vendidos 150.000 ejemplares en España y otros tantos en América Latina.

La novela, que invita a recorrer la pinacoteca con otros ojos y que rompe con los tópicos que acompañan al mundo de los “bestsellers” de su misma temática -no hay lugar para robos ni asesinatos-, ha permanecido 25 semanas entre los libros de ficción más vendidos.

Sierra, acostumbrado a que sus libros alcancen cifras de vértigo -como ya ocurrió con “La cena secreta” o “El ángel perdido”- achaca el éxito de su novela más reciente a que la historia está contada de manera accesible a todos los lectores, de manera que se sientan identificados con el protagonista tanto los no iniciados como aquellos que estén interesados por el arte.

De esta forma, todo aquel que se asome a las páginas de la obra se sentirá atraído por el misterioso personaje de Luis Fovel, quien se convierte en un inesperado maestro que lleva, tanto al protagonista de la ficción como al lector, por los enigmas escondidos en las obras de Tiziano, Juan de Juanes, El Bosco o Rafael.

También el director del Museo del Prado, Miguel Zugaza, en unas palabras distribuidas por Planeta, dice que Sierra consigue que cada lector se sienta “seducido” por el “juego de intrigas y misterios” que propone el maestro.

La popularidad del la novela no solo ha repercutido en las librerías, sino que también se ha notado entre las paredes del museo madrileño.

Sierra reconoce que esta es una de las “mayores alegrías” que le ha proporcionado su trabajo, y que él mismo ha comprobado en sus visitas a la pinacoteca.

El autor acusa la falta de trabajos literarios que tienen al Prado como escenario, algo que, a su entender, no ocurre con otros míticos museos, como el Louvre de París.

“Los escritores hispanoparlantes nos hemos olvidado un poco de nuestra gran pinacoteca”, indica el aragonés, recordando que para encontrar un éxito editorial ambientado en el Museo hay que remontarse treinta años, cuando se publicó “Un novelista en el Museo del Prado”, del argentino Manuel Mújica Laínez.

Mientras espera a que la publicación del libro traspase las fronteras del mercado hispano -para finales de año se prevé su lanzamiento en inglés, portugués, ruso y húngaro-, el deseo de Sierra es que la trama de su novela siga vinculada a la pinacoteca, como ocurrió en su momento con la de Mújica.

“Ojalá mi novela se convierta en una referencia para los visitantes del Museo de este principio de siglo”, añade el autor.