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El Quirinale, el palacio que abrirá Mattarella para acercarse a los italianos

El Quirinale, el palacio que abrirá Mattarella para acercarse a los italianos

EFE

Roma —

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El palacio del Quirinale, sede de la Presidencia de la República de Italia, abrirá sus puertas a diario y mostrará espacios hasta ahora cerrados al público para reforzar la unión histórica y cultural entre la institución y los ciudadanos.

Fue una de las primeras decisiones tomadas por el presidente de la República, Sergio Mattarella, quien juró su cargo el pasado 2 de febrero y se fijó como prioridad “superar las dificultades de los italianos y realizar sus esperanzas”.

Mattarella decidió en su tercera semana como presidente del país abrir “un lugar simbólico de la historia y de la cultura de los italianos”, un palacio “que ha acompañado la historia de Italia y de los italianos y que continúa acompañándolos”.

Lo anunció en el mismo palacio durante el acto de presentación de la muestra “Il Principe dei sogni. Giuseppe negli arazzi medicei di Pontormo e Bronzino”, una exposición de tapices pertenecientes a la familia Medici que constituye uno de los mejores testimonios del arte del Renacimiento.

“He pedido que el palacio se abra a las visitas cada día, todos los días de la semana. He dado indicaciones para que se amplíe también el recorrido que hagan las visitas, a salones y ambientes que antes no eran visibles”, anunció.

También dijo haber solicitado “que las oficinas se retiren de alguna parte del palacio y destinar estos espacios a nuevas exposiciones permanentes o temporales”.

Aunque no señaló una fecha, Mattarella sí anticipó que “un grupo de trabajo se ocupa ya de definir la modalidad de este nuevo uso del palacio”, que también podrán disfrutar los turistas.

“Se trata de relacionar día a día la función del Quirinale como sede de la Presidencia de la República junto con la historia de nuestro país y nuestros conciudadanos”, resumió el recién elegido presidente.

Actualmente, el palacio, “punto de referencia de la vida democrática de la nación y museo abierto a Italia y al mundo”, puede ser visitado casi todos los domingos con un horario limitado a tres horas y media durante la mañana.

Situado en la colina Quirinale, la más alta de las siete que rodean Roma, el emplazamiento siempre ha sido un lugar desde el que organizar la vida política y social italiana, una función que se remonta a la Antigüedad, cuando en el siglo IV a.C. fue espacio de culto y escenario de ritos y ceremonias.

El palacio fue creado en 1573 como casa pontificia de verano por decisión del papa Gregorio XIII, tras lo cual se convirtió en residencia real y, en 1947, en sede de la Presidencia de la República.

El paso de la monarquía dejó muebles, cuadros y telares, mientras que de la época pontificia se conservan una colección de grandes floreros orientales, consolas de finales del siglo XVII y principios del XVIII y algunos cuadros y telares.

Las colecciones más vistosas son las de los relojes franceses de bronce de finales del XVIII y principios del XIX, la de las piezas de porcelana del siglo XVIII adquirida por la Familia Real y las más de cien carrozas que utilizaron tanto los papas como los miembros de la monarquía.

En estancias con decoración neorococó, decoradas con alfombras, cortinas, tapices y grandes lámparas, con muebles dorados con terciopelo rojo y techos adornados, se exhiben colecciones de arte antiguo -casi todas de motivos religiosos- y de arte moderno, con obras procedentes de distintas Bienales de Venecia.

En su interior esconde un jardín de cuatro hectáreas adornado con fuentes, estatuas y con un palacete de menor tamaño llamado “Coffee House”, en el que los diversos huéspedes del Quirinale mantenían reuniones, en su mayoría de carácter cultural.

Más allá de las colecciones, tal vez lo que más atraiga a los ciudadanos sea la curiosidad de poder recorrer los mismos pasillos por los que han pisado los distintos gobernantes del país o visitar las estancias en las que han recibido a mandatarios internacionales.

Por María Salas Oraá

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