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Rajoy califica de “presuntas” todas las informaciones que le desmienten

Mariano Rajoy en el Congreso

Luz Sanchis

El nombre de Luis Bárcenas ha vuelto a planear sobre la sesión de control al Gobierno. Mariano Rajoy se ha reafirmado en lo que declaró el pasado 1 de agosto en el Senado: que cuando él llegó a La Moncloa el extesorero estaba ya fuera del PP. Sobre el hecho de que su partido siguiera pagándole y de que la decisión del acuerdo fuera suya, según declaró Mª Dolores de Cospedal, el presidente no ha dicho nada.

Tanto la pregunta de Cayo Lara como la de Alfredo Pérez Rubalcaba hacían referencia a lo que Rajoy declaró en el Senado. Y, con variaciones, recibieron la misma respuesta: “Me reafirmo en todo. Nada ni nadie ha desmentido lo que yo dije”. Mientras Rajoy insistía en que Bárcenas había dejado el partido y el escaño veinte meses antes de que el PP llegara al poder, los gritos de “¡Pero cobraba, bien que cobraba!” tronaban en el hemiciclo.

La carga de los diputados de la oposición fue dura. Lara, que bautizó a Cospedal como “la verdadera prima de riesgo” de Rajoy, reclamó la dimisión del presidente “por el bien de España”. Rubalcaba, por su parte, preguntó al presidente si tiene a más ciudadanos sin ninguna relación con el PP pero que cobren un sueldo anual de 200.000 euros. El líder socialista recurrió a Winston Churchill para acusarle de mentir: “Su historia es una patraña envuelta en una mentira que desemboca en un embuste”.

“Usted es el que miente”, ha respondido Rajoy con tono duro mientras era jaleado por los miembros de su grupo. Así, ha insistido en que todas las informaciones que apuntan a que el PP no se deshizo de su tesorero cuando asegura son “presuntas”. “Nada me desautoriza. Y en la declaración de la señora Cospedal no figura lo que usted dice”, en referencia a que la secretaria general atribuyó a Rajoy los términos del acuerdo privilegiado que permitió a Bárcenas seguir cobrando.

Corrupción “a gran escala”

Cuando Soraya Rodríguez interpeló a la vicepresidenta y reclamó la asunción de responsabilidades políticas, no tuvo mayor éxito. La socialista la acusó de “gobernar a escondidas de los ciudadanos” y de preocuparse tanto por su prestigio personal que ha renunciado a defender al PP en las ruedas de prensa posteriores a los Consejos de Ministros. Sáenz de Santamaría reprochó al PSOE que centre su estrategia en las acusaciones de corrupción “cuando buscan a Griñán un refugio en las Cortes”.

Como aseguró el pasado martes, durante la reunión del grupo parlamentario, la corrupción es un problema que trasciende a los partidos políticos y eso debería convencer al PSOE de apoyar la Ley de Transparencia. “A veces se encuentra a gran escala en algunas administraciones”, espetó la vicepresidenta a los socialistas, en su segunda referencia al caso Griñán. Rajoy también la había dejado caer, justo cuando había prometido a Rubalcaba que no recurriría al “y tú más”: “Y fíjese que tendría oportunidades para hacerlo. Especialmente en el día de hoy”.

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