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Rajoy sólo comunicará la fecha de la investidura cuando se reúna con Rivera

Soraya Sáenz de Santamaría y Mariano Rajoy, en el debate de investidura del 2 de marzo de 2016.

Luz Sanchis / Irene Castro

Mariano Rajoy acatará las condiciones de Albert Rivera, aunque intentará que no se note. En las últimas dos semanas los dirigentes del PP han ido preparando el terreno y adelantando algunos detalles de la reunión del Comité Ejecutivo Nacional convocada para este miércoles. El cónclave servirá para que los conservadores analicen y apostillen las exigencias planteadas por Ciudadanos y para que Rajoy decida cuándo quiere que la presidenta del Congreso, Ana Pastor, convoque la sesión de investidura.

La fecha, según admitieron este lunes miembros del comité, se la comunicará el candidato del PP a Rivera cuando vuelvan a reunirse y acuerden nombrar sus respectivos equipos negociadores. Eso no es lo que espera el PSOE, cuya principal exigencia es que se fije ya el día.

Pedro Sánchez ha convocado, a su vez, a la comisión permanente y a la dirección del grupo parlamentario para preparar el discurso que pronunciará cuando Rajoy se someta al debate en el Congreso. Desde que el candidato del PP aceptó el encargo del rey han transcurrido ya 18 días, el máximo plazo que la presidencia del Congreso ha esperado hasta ahora.

Los casi 80 miembros del comité del PP están convocados a las 12.30 en Génova para la cita. Ya se sabe, porque así lo han dicho dirigentes del partido, que varios no acudirán. Es el caso de los imputados o a punto de estarlo. A Rita Barberá, Ignacio González o Vicente Martínez Pujalte no se les espera. Las cábalas sobre la asistencia de la exalcaldesa de Valencia, cercada por la corrupción, quedaron zanjadas cuando fuentes del partido admitieron que se había hablado con ella para que no presente y, de esta forma, “no se convertirá en un circo”.

La duda es si estará presente la actual tesorera, Carmen Navarro, investigada por la destrucción de los discos duros de los ordenadores que usaba Luis Bárcenas.

El discurso de Rajoy no será en abierto, ya que se trata de una reunión interna del partido. Tampoco se producirá una votación sino, como insinuó Fernando Martínez-Maillo al día siguiente de la reunión entre Rajoy y Rivera, “se otorgará al presidente un voto de confianza para la negociación”.

El vicesecretario de organización aseguró este martes además que habrá debate, lo que constituye una novedad en este tipo de reuniones. “El presidente ha querido además que la decisión que se adopte no sea solo suya, sino compartida con la dirección”, recordó. La frase que pronunció Rajoy y en la que se justificó para ganar una semana de tiempo fue: “No puedo ni debo tomar esa decisión en solitario”.

Con la postergación del cónclave para después del puente de agosto, PP y Ciudadanos redoblaron así su presión sobre el secretario general del PSOE. Casi todos los dirigentes de ambos partidos han insistido a Sánchez para que cambie su negativa en la investidura por una abstención que permita a Rajoy repetir al frente de La Moncloa. De no hacerlo, amenazan, España se verá abocada a unas terceras elecciones.

Sánchez prepara ya su discurso del 'no'

Sánchez hará un parón en sus vacaciones para reunirse con los miembros de la Comisión Permanente del PSOE -el núcleo más reducido de la Ejecutiva- y de la dirección parlamentaria. Los encuentros de las direcciones de PP y PSOE serán simultáneos y la respuesta de los socialistas se producirá en una rueda de prensa posterior. En Ferraz no dicen si Sánchez romperá el silencio público que mantiene desde el 2 de agosto, cuando se reunió con el presidente en funciones, o si será un portavoz autorizado el que informe a los medios de la posición de los socialistas.

Lo que espera la dirección del PSOE es que Rajoy fije en el Comité Ejecutivo de su partido una fecha para la investidura. “Tiene que salir con una fecha y entendemos que lo hará”, apuntan fuentes socialistas. Al no ser esa la intención del líder conservador, ésa será la principal recriminación del PSOE, a quien el PP presionó para acelerar el proceso de investidura de Sánchez hace seis meses.

La voluntad de Sánchez es reafirmarse en el 'no' a Rajoy y al PP junto a los miembros de la dirección del PSOE, a los que ha convocado en las últimas horas. Además, quiere que sirva para preparar “los mimbres” del discurso que pronunciará en la eventual investidura del presidente en funciones así como para analizar las iniciativas que ha presentado su grupo en el Congreso y fijar su postura ante el techo de gasto -que el PSOE sostiene que los conservadores pueden aprobar en funciones y sin su apoyo- y de otras cuestiones de actualidad, como las reválidas.

No se espera ninguna sorpresa en la reunión, donde la mayoría de los asistentes son afines al secretario general. Hasta ahora los miembros de la dirección secundan la negativa a apoyar un gobierno del PP. No obstante, en el seno del PSOE hay dirigentes como el presidente aragonés, Javier Lambán, y el de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que admiten que si Rajoy logra el 'sí' de Ciudadanos y suma 170 escaños, contando con el de Coalición Canaria, deberán reconsiderar su negativa ante el cambio de escenario.

Los socialistas admiten que el PSOE tendría “complicado” votar 'no' si Rajoy se presenta con el apoyo de Albert Rivera y se queda a seis síes de la mayoría absoluta. Sin embargo, Sánchez reitera en sus comparecencias que el PP tiene que buscar la solución en sus “afines ideológicos”, entre los que incluye al Partido Demócrata Catalán (la antigua Convergència) y PNV, con quien los socialistas tienen acuerdos de Gobierno en ayuntamientos y diputaciones de Euskadi.

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