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“Rebelde”, una conmovedora y bella tragedia griega sobre niños soldados

"Rebelde", una conmovedora y bella tragedia griega sobre niños soldados

EFE

Madrid —

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El director canadiense de origen vietnamita Kim Nguyen ha logrado situar su apellido entre los más respetados del cine internacional gracias a “Rebelde”, una conmovedora y bella tragedia griega sobre el drama de los niños soldados en África donde solo el amor ayuda a superar todos los horrores.

La película, que fue seleccionada por Canadá para competir en los Óscar en la categoría de Mejor Película de Habla No Inglesa, ha conseguido una larga lista de reconocimientos internacionales, que, según confiesa su director en una entrevista telefónica con Efe realizada desde Quebec, han sido para él “como una liberación”.

“Cuando haces películas te das cuenta de que estás haciendo lo posible para llegar a Cannes o Berlín... ahora que tengo ese reconocimiento, me siento liberado”, asegura el canadiense, también guionista de sus películas, que se confiesa “atrapado” por la cultura africana desde hace años.

“Estaba leyendo sobre unos niños gemelos, Johnny y Luther Htoo, secuestrados en 1990 por el grupo guerrillero Ejército de Dios en Birmania, a los que estos fanáticos alucinados empezaron a seguir como si fueran dioses”.

“Empecé a pensar que estos líderes guerrilleros realmente nos hacían volver a la época de los griegos y a las grandes tragedias del pasado. Parecía que solo entonces podíamos encontrar cuentos tan crueles y poderosos, pero vi que estas historias se metían de lleno en el presente”, reflexiona Nguyen.

“Rebelde” (War Witch) tiene un comienzo tan impactante y perturbador como doloroso:

Komona (Rachel Mwanza), una niña de 12 años que vive con sus padres en una pequeña y remota aldea de África subsahariana, es secuestrada por el ejército rebelde que le obliga a disparar contra sus padres para evitarles el sufrimiento de una larga tortura, su “bautismo de fuego”.

Su periplo convertida en talismán de uno de los líderes militares, que la viola repetidamente, y su precoz embarazo -del que Komona quiere deshacerse a toda costa-, acaba con un poético canto a la maternidad: la joven reza para no odiar a su bebé.

El cineasta descubrió a la joven en una calle de la ciudad congolesa de Kinshasa y enseguida supo que era Komona, de hecho, señala Nyugen, su historia es “como el cuento de Cenicienta”, ya que creció sola en la calle tras ser abandonada por su familia; con su papel de debut, Muwanza ha conseguido el máximo galardón en Berlín y Tribeca.

Gran amante de la pintura y gran conocedor de la obra de artistas españoles como Goya, Velázquez, Picasso y muy especialmente Gaudí, al que ha estudiado en varios viajes a Barcelona, -Nguyen afirma que el modo de contar de estos artistas “le mueven” desde dentro-, el director mezcla con gran sutileza las imágenes más rotundas del dolor con una belleza desgarradora.

Es así en el caso de los “fantasmas” que acosan a la desconsolada niña: son sus padres que le piden que vuelva a su poblado y les de sepultura, unas aterradoras imágenes grises que guían a la joven y la protegen en los peores momentos; tanto, que crece su fama de “bruja” por su habilidad para espantar la muerte.

“Para mí son una manifestación de la psique del personaje. Traté de hacer la película de una manera más emocional que realista, quería llevar al espectador a sentir como Komona, cómo ella aprende a usar la violencia sin que le afecte. Esos fantasmas me parecieron la mejor manera de representarlo cinematográficamente”, indica Nguyen.

Y entre tanto dolor y penurias, su historia de amor con 'El mago', un adolescente negro albino, con el que aprende a sobrevivir apoyándose uno en el otro.

“Me siento muy privilegiado por poder hacer películas, pero mi mayor reto es estar tranquilo con la vida”, resume el director, muy en sintonía con los mundos que refleja en sus cintas.

La película, que se rodó íntegramente en la República Democrática del Congo con un presupuesto muy bajo, se estrena en las salas españolas el próximo 10 de Mayo.

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