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Representantes de la Judicatura, la Iglesia y víctimas de ETA constatan la necesidad de deslegitimar la violencia

Representantes de la Judicatura, la Iglesia y víctimas de ETA constatan la necesidad de deslegitimar la violencia

EUROPA PRESS

BILBAO —

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Representantes de la Judicatura, de la Iglesia y víctimas de ETA han constatado este lunes la necesidad de que se produzca una “deslegitimación” de la violencia de la banda, durante el seminario titulado “El antes y el después del final de ETA”, organizado por la Fundación Sabino Arana. “ETA ha desaparecido, pero su ideología y parte de sus ideas siguen aquí”, ha afirmado el exmagistrado Joaquín Giménez, uno de los participantes.

Máximos responsables institucionales, políticos, sociales, empresariales, sindicales, académicos y eclesiales de Euskadi han asistido este lunes en Bilbao a la jornada, enmarcada en las actividades que desarrolla la Fundación Sabino Arana desde hace años sobre la paz y convivencia en Euskadi.

El seminario ha tenido como ponentes a las viudas del gobernador civil de Guipúzcoa, Juan Mari Jáuregui, y del periodista José María Portell, Maixabel Lasa y Carmen Torres, respectivamente; al obispo emérito de San Sebastián Juan María Uriarte --que medió entre el Gobierno de José María Aznar y ETA--, al ex magistrado del Tribunal Supremo Joaquín Giménez y a la escritora vasca Edurne Portela.

Durante su intervención, Joaquín Giménez ha asegurado que ETA “ha sido fuente de dolor y escuela de odio”, se ha mostrado convencido de que la banda terrorista “ha desaparecido, pero sus ideas no se han disuelto”, sino que “siguen por aquí”.

Ha apuntado a la “responsabilidad” de la izquierda abertzale en “la no asunción de la realidad del relato de lo ocurrido” y cree que, “en este momento, es una exigencia obvia la revisión crítica de su antigua actividad”.

A su juicio, “se echa en falta una declaración oficial de aquellos que, por su liderazgo, tienen que estar especialmente obligados en hacer una revisión de su anterior actividad, jaleamiento y de reconocer la verdad. Denunciar los asesinatos, que no 'ekintzas (acciones)'”.

También ha asegurado que ha existido un “desvarío” del Estado de Derecho en la lucha contra ETA, que “ha tomado atajos olvidándose de la legalidad democrática, haciendo bueno el principio de el fin justifica los medios”.

En el marco de ese “desvarío”, en su opinión, se han producido “torturas”, que han llevado al Tribunal Europeo de Derechos Humanos a 'llamar la atención a España' en siete ocasiones por no investigar debidamente las denuncias.

También ha considerado que “hay una exacerbación punitiva, con la finalidad de alargar las penas”, y ha recordado la denominada 'Doctrina Parot', “una manifestación muy concreta de que la mejor ley es la que más años impone”.

Además, ha criticado los homenajes a presos de ETA una vez excarcelados y ha advertido de que “el mantenimiento de los homenajes, en las calles y plazas, tolerados, aplaudidos y apoyados por esa izquierda abertzale, es una manifestación que todavía tiene que hacer un recorrido político serio”. “Ese papel indisimulado de convertirse en albacea de lo que ha ocurrido es realmente intolerable”, ha censurado.

Por otra parte, ha advertido de la existencia de “las otras víctimas” y ha manifestado que reconocerlas “no significa estar cerca de los victimarios, ni un menosprecio a las víctimas del terrorismo”. “Hay que repararlas, y no solo económicamente”, ha dicho.

Giménez ha reclamado también la revisión de la “excepcionalidad normativa”, que implicaría medidas como la incomunicación o la dispersión en una época en la que “ETA no existe”.

“ROTURAS Y DESGARROS”

El obispo emérito de San sebastián Juan María Uriarte, también presente en el encuentro, se ha mostrado convencido de que “no han cicatrizado muchas heridas infligidas a tantas víctimas de signos diversos” y de que hay que “retejer, con mucha delicadeza, roturas y desgarros”. “Hay que completar los procesos de reconocimiento y reparación de todos los que han sido realmente víctimas y no lo son todavía, realmente”, ha apuntado.

El antiguo prelado donostiarra cree que queda pendiente “admitir, no solo el daño, sino el mal admitido por ETA”, y “aceptar que su estructura violenta y sus efectos destructivos no han sido solo un daño lamentable, sino un mal moral”.

“Mientras no se dé este paso, el motor en marcha de la convivencia pacífica y de la conciliación lleva el freno de mano echado”, ha dicho. También ha pedido a los representantes de las Fuerzas de Seguridad del Estado, que “han traspasado los límites” formularan “un reconocimiento de sus reprobables excesos”.

El obispo emérito ha reclamado, asimismo, la revisión de la legislación terrorista, el acercamiento de los presos de ETA, así como el traspaso a Euskadi de “las transferencias pendientes”.

MAIXABEL LASA

Maixabel Lasa ha repasado la labor de la Dirección de Atención a Víctimas del Terrorismo, que dirigió durante años, y ha defendido la necesidad de que “todos” realicen una autocrítica antes de “pasar página”, porque “hay heridas que nos son fáciles de sanar”.

Tras asegurar que “la memoria es una forma de hacer justicia”, ha reclamado una “política pública de memoria que combata el olvido, el sinsentido”. “No podemos permitirnos el lujo de que nuestro sufrimiento pase sin pena ni gloria”, ha indicado.

Lasa ha exigido el acercamiento de todos los presos vascos a Euskadi, “no solo para los del terrorismo”, así como avanzar en el reconocimiento de las víctimas policiales. Además, tras recordar la 'Vía Nanclares', ha señalado que “la reinserción no es una obligación, sino un derecho de quien cumple condena”.

La escritora y periodista Carmen Torres, viuda del periodista José María Portell, asesinado por ETA, ha narrado su experiencia desde que se produjera la muerte violenta de su marido, y ha asegurado que, ante este hecho, recibió “la capacidad de perdonar”, que ha calificado como “un don del cielo”. “El perdón es egoísta porque, si no perdonas, no puedes vivir en paz, no descansas”, ha señalado.

“Siempre estuve obsesionada por la paz. Felizmente, todo ha pasado. Tenemos paz en Euskadi después de tantos años de plomo y lágrimas”, ha señalado. Además, se ha mostrado satisfecha porque sus nietos solo “sabrán que ha existido ETA al estudiarlo en los libros”.

PORTELA

Por su parte, la escritora Edurne Portela ha apuntado la necesidad de “involucrar al conjunto social en el proceso de convivencia”, que debe estar basada en el reconocimiento de que “esto es una historia de todos”, un trabajo que, “no solo toca a las víctimas y a los victimarios, sino que es un reto social”. “Todos somos responsables de crear una convivencia más cívica”, ha apuntado.

Además, ha afirmado que “es imposible una memoria común para todos” pero sí es preciso “un suelo ético común del que partir”, y ha añadido que sería importante “llegar a un acuerdo de instituciones y diferentes grupos políticos en ese sentido”. “Es muy importante que se potencie el trabajo de la memoria a pesar las corrientes del olvido. Tenemos el deber de recordar, de dejar a las generaciones futuras una verdad histórica”, ha dicho.

En opinión de Portela, existe “una pluralidad de relatos” que revelará “las experiencias vividas”, a veces “divergentes y enfrentadas”, pero “a veces con coincidencias inimaginables”. “Esa aceptación de la pluralidad es lo que puede facilitar la construcción de la convivencia”, ha aseverado.

Sin embargo, ha advertido de que “antes está la deslegitimación de la violencia”, porque “aquellos que hicieron daño, aquellos que causaron esa violencia”, deben, “primero, pensar en la necesidad de las víctimas” antes de “pasar página”.

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