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Rubalcaba: España, a tiempo de prevenir el yihadismo en segundas generaciones

Rubalcaba: España, a tiempo de prevenir el yihadismo en segundas generaciones

EFE

San Lorenzo de El Escorial (Madrid) —

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“Prevenir, prevenir y prevenir”. Es lo que haría el exministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba si ocupara hoy esa cartera, convencido de que España está a tiempo de aprender de los errores de otros y tomar medidas para evitar la radicalización de segundas generaciones de inmigrantes.

Lo ha dicho en una conferencia extraordinaria “La química y la lucha contraterrorista”, pronunciada en los cursos de verano de la Universidad Complutense en San Lorenzo de El Escorial en un salón abarrotado de público.

Rubalcaba es químico y ha querido relacionar sus conocimientos en la materia con algunas cuestiones de la lucha antiterrorista, que hoy debe centrarse en el yihadismo, al que puede aplicársele el principio químico de la reactividad, ya que se trata de un terrorismo “muy reactivo, poco selectivo y que mata de forma indiscriminada”, consiguiendo que la sociedad se aterrorice.

Dos frentes ha considerado claves Rubalcaba para afrontar esta amenaza. Uno de ellos, internet, porque la red “en manos de truhanes” se ha convertido en un gran problema.

“El yihadismo sin la red es imposible de entender”, porque es ahí donde se alfabetizan los radicales, donde se enrolan, donde aprender a hacer explosivos donde realizan grandes esfuerzos propagandísticos, ha dicho Rubalcaba, quien ha insistido en que la derrota del fanatismo tiene que producirse allí donde se genera el odio.

También ETA, ha recordado, llegó a entrar en la red, pero el Estado “lo hizo mejor, de forma más eficaz” y derrotó a la banda también en ese espacio virtual.

Un segundo frente, según se puede desprender de su exposición, es la prevención de la radicalización, donde Rubalcaba cree que hay que incidir sin cortapisas.

Porque, según ha hecho notar, España tiene una ventaja, y es que, con las segundas generaciones de inmigrantes ya entrando en la Universidad, está a tiempo de aprender de los “errores” de otros países donde no han logrado frenar los procesos de radicalización de segundas y hasta terceras generaciones.

“Estamos a tiempo”, ha enfatizado después de remitir las actuaciones en prevención al ámbito escolar y de resaltar la necesidad de socializar a todos los niños en una sociedad que será plural y mestiza.

Así, ha rechazado algunas “tropelías” que se llevan a cabo, como dejar la escuela pública para los inmigrantes y la concertada para los españoles, ya que puede sembrar la “semilla de la división”.

En suma, “tratar el terrorismo, es tratar las causas que llevan a alguien a ser terrorista”.

Y en este tratamiento para la prevención España aún está retrasada y debe aplicarse en decidir qué hacer en el sistema escolar para que no pase como ha ocurrido en países como Francia o Reino Unido.

Respecto a las estrategias europeas para luchar contra el terrorismo yihadista, Rubalcaba ha apostado por la unidad política, como se ha hecho en España, y ha subrayado que, en general, las decisiones comunitarias en este asunto son las adecuadas, pero ha reconocido que se va “despacio”.

Como despacio se ha ido en medidas como el registro aéreo de pasajeros y como se está yendo en intercambio de información, algo que el exministro del Interior con el gobierno socialista ha reconocido que es complicado, porque los servicios de información de los distintos países “no es fácil que cuenten todo”.

No ha estado exento su discurso de anécdotas vividas durante los años que dirigió la lucha antiterrorista, donde tuvo claro que lo importante era demostrar que ETA no era imbatible, como quería hacer ver la banda.

Una etapa en la que contó, tal y como ha reconocido, con mandos “espectacularmente buenos y maravillosos” en la Guardia Civil y en la Policía Nacional.

Y unos años en los que se combatió también a su entramado político, a Batasuna, que finalmente abandonó la violencia aunque nunca llegó a hacer autocrítica ni un “cuestionamiento moral” de las atrocidades de ETA.

Ha querido concluir su intervención con una reflexión optimista pese a las amenazas actuales y ha explicado que, a pesar de la inseguridad latente y subjetiva, los datos “son los que son” y en Europa morían por terrorismo entre 250 y 400 personas en la década de los 70, una cifra que se rebajó hasta los 200 en los 80 y que ahora se ha reducido salvo excepciones como el 11M.

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