Schulz pide un “renacimiento del multilateralimso” en víspera del G20

El líder de los socialdemócratas alemanes y candidato a la Cancillería en las elecciones de septiembre, Martin Schulz, llamó hoy a un “renacimiento del multilateralismo” y exigió a los países del G20 a defender valores como la solidaridad, la libertad y la democracia.

“Una y otra vez hay intentos de convertir la cooperación internacional en un campo de batalla. Eso es peligroso. Necesitamos nada menos que un renacimiento del multilateralismo, con las Naciones Unidas como eje central”, declaró Schulz en una comparecencia ante la prensa en Berlín junto al ministro de Asuntos Exteriores alemán, Sigmar Gabriel.

Según Schulz, “principios elementales como la transparencia, la cooperación, el diálogo” -que han caracterizado durante décadas las relaciones internacionales, subrayó-, “están siendo puestos en duda”, no sólo por fuerzas que gobiernan de forma autoritaria, sino “de manera creciente también por personas como el presidente de los Estados Unidos”, dijo al referirse a Donald Trump.

Agregó que “la solidaridad, la libertad y la democracia están cada vez más en juego” también, -criticó- en el seno del G20, la comunidad de las principales economías y naciones emergentes, cuyos líderes se reúnen mañana y el sábado en la ciudad alemana de Hamburgo.

“Espero que esta cumbre entienda que el aislamiento de los mercados, la división de los otros, la lucha los unos contra los otros, no puede ser la política del siglo XXI”, declaró.

Lo que hay que defender no es el mercado, sino los valores y principios comunes, agregó.

“La combinación entre la capacidad económica y el uso de esta capacidad para defender nuestros valores debe centrar el debate”, exigió.

Lamentó que temas como el fortalecimiento de la paz mundial, la lucha contra el cambio climático, el desarme y la creciente brecha entre ricos y pobres sean temas insuficientemente representados en la agenda de la cumbre.

Schulz evocó “la primera cumbre de este tipo”, la del G7 -los siete países más industrializados del mundo- en 1975 en el Palacio de Rambouillet, cerca de París, y subrayó que “el comercio justo, los mercados libres, el intercambio mutuo sobre la base del respeto y la democracia ya eran a mediados del los años 70 el objetivo de la entonces incipiente globalización”.

Gabriel, por su parte, criticó que el G20 tal y como se presenta hoy día es “obsoleto”, porque aborda de manera insuficiente cuestiones como el hambre y la pobreza o la de cómo manejar el hecho de que en el mundo existan 65 millones de refugiados.

En ese sentido, exigió un mayor carácter vinculante de los acuerdos del G20 y coincidió con Schulz en que lo correcto es celebrar en un futuro las cumbres de este grupo en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.