Sharif inicia su defensa ante el Supremo con su rechazo al informe incriminatorio

El primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, rechazó hoy el informe de una comisión de investigación que la semana pasada concluyó que las riquezas de su familia no se corresponden con sus ingresos, al comenzar su defensa ante el Tribunal Supremo por el caso.

El máximo órgano judicial retomó hoy las vistas del caso abierto contra Sharif tras la filtración en los Papeles de Panamá, con la presentación por parte del ministro de Finanzas, Ishaq Dar, y del equipo legal de Sharif de sendos escritos en los que rechazan las conclusiones de la Comisión de Investigación Conjunta (JIT).

Los abogados de Sharif alegaron que el JIT se “excedió” en su mandato y que la investigación es injusta y partidista, y dijo que datos del informe como “imaginarios” y muchos de los documentos no son originales.

La JIT fue establecida el pasado 5 de mayo por orden del Supremo después de que éste no encontrara pruebas para inhabilitarle, en un intento de que se investiguen más a fondo los vínculos de la familia Sharif con compañías en paraísos fiscales para controlar propiedades en Londres.

El equipo de la Comisión, formado por civiles y militares, concluyó hace una semana que existe “una significativa disparidad entre las fuentes declaradas de ingresos y la riqueza” del político y su familia.

“El informe del JIT no va solo en contra de la ley del país sino también contra la Constitución y sus conclusiones no tienen valor legal”, afirmó el abogado de Sharif, Khawaja Haris.

Por su parte, Naeem Bukhari, abogado del líder opositor, Imran Khan, presentó una petición para que Sharif sea destituido.

El líder del también opositor Muttahida Qaumi Movemen (MQM), Farooq Sattar, manifestó que el primer ministro no tiene “autoridad moral” y debe dimitir.

Entre los argumentos contra los Sharif se encuentra el hecho de que su hija Maryam usase la fuente Calibrí en documentos de 2006 para avalar su inocencia, cuando ese tipo de letra no fue presentada por Microsoft hasta 2007.

El Supremo deberá escuchar durante los próximos días las alegaciones sobre el informe y a continuación decidirá si juzga al político, ordena otra investigación, lo inhabilita o cierra el caso.

Sharif, que ya se vio obligado a dimitir en dos ocasiones en la década de 1990 y ha hecho frente a acusaciones de corrupción en el pasado, podría convertirse en el único primer ministro paquistaní en acabar un mandato democrático en los 70 años de historia del país si se mantiene en el cargo hasta las elecciones de mediados del año próximo.