Sturgeon celebra con los 56 diputados del SNP su éxito electoral

La ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, compareció hoy en Edimburgo junto a los 56 diputados electos del Partido Nacionalista Escocés (SNP) para celebrar el resultado histórico de su formación en las elecciones generales del Reino Unido.

“Nuestro mensaje a Westminster y los políticos del resto de partidos es este: Escocia ya no va a ser apartada o ignorada”, dijo Sturgeon ante decenas de afiliados del partido, que ha ganado en todas las circunscripciones escocesas excepto tres.

Entre el nutrido grupo de candidatos que se fotografiaron con Sturgeon ante el emblemático puente de Forth, al norte de Edimburgo, estaba el ex ministro principal Alex Salmond, que lideró al partido hasta el referéndum sobre la independencia del pasado septiembre y será la cara más visible del SNP en la Cámara de los Comunes.

También se encontraba allí Mhairi Black, de 20 años, que derrotó en la circunscripción de Paisley al jefe de campaña del Partido Laborista, Douglas Alexander, y se convertirá, cuando tome posesión de su escaño, en la parlamentaria más joven en el Reino Unido desde 1667.

“Los escoceses votaron el jueves a favor del programa del SNP, cuya primera prioridad es terminar con la austeridad. Ese es el mandato que estos hombres y mujeres llevarán al corazón de la agenda política de Westminster”, afirmó Sturgeon, que lanzó un mensaje de conciliación para los votantes de otras formaciones.

“En Westminster, como hacemos en el Parlamento escocés, vamos a representar a las personas de todos los rincones de este país, a aquellos que votaron 'sí' en el referéndum tanto como a aquellos que votaron 'no', a los que nos votaron el jueves y a los que no”, sostuvo la líder nacionalista.

Junto con Salmond, Sturgeon lideró el pasado año la campaña a favor de la independencia de Escocia, una opción que apoyaron en las urnas el 45 % de los escoceses, por un 55 % que optó por permanecer en el Reino Unido.

Antes de las elecciones generales, el SNP sugirió que apoyaría a un Gobierno laborista en Downing Street a cambio de mayores poderes para el Parlamento escocés, una expectativa que quedó frustrada ante la mayoría absoluta que obtuvieron contra pronóstico los conservadores del primer ministro David Cameron.