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Subijana dice que si le llega un caso de ETA sin esclarecer tiene que “aplicar el Código Penal se haya disuelto o no”

EUROPA PRESS

BILBAO —

En una entrevista concedida a Deia, recogida por Europa Press, Subijana afirma además que no acepta la “distinción entre presos políticos y comunes, ya que supone reconocer que existen presos políticos”.

“Todos son presos comunes. La excepcionalidad supone la privación de todas o algunas de las garantías fundamentales que la normativa constitucional e internacional reconoce a todos los presos con independencia del delito que hayan cometido”, añade.

Tras manifestar que una vez se constate la desaparición definitiva de ETA, eso significará que “desaparece del mundo simbólico y será algo positivo, desaparecerá su papel de gendarme, de control, de verificador”, reconoce que no le gusta el término “desmovilización” ya que evoca “un lenguaje militarista y un cierto letargo”.

“No desaparezco, me desmovilizo, sigo estando pero sin vocación de actividad. Creo que lo que la sociedad vasca exige y la justicia precisa es un mensaje nítido y claro de desaparición definitiva”, valora.

A su juicio, y tras mostrarse contrario a “escenificaciones”, advierte de que el final de ETA “debería ayudar a un replanteamiento de la política penitenciaria ya que supone la desaparición de un elemento que ha estado presente hasta ahora”.

“Si ese factor había justificado políticas de alejamiento de presos que eran las únicas que garantizaban el ejercicio de la decisión individual del preso de poder elegir el itinerario penitenciario, ahora la desaparición de esa organización que disciplinaba y justificaba el que se impusieran decisiones colectivas -junto con el hecho de que pueda haber peticiones individuales de los internos de ETA de cara a buscar una actuación penitenciaria para cada caso concreto- debería llevar a un replanteamiento de la política penitenciaria”, añade.

En este sentido, cree que el Gobierno español “debería analizar y reflexionar sobre la necesidad de poder modificar algunos de los planteamientos que hasta ahora han estado vigentes”.

Por otro lado, reconoce que los presos de ETA están dando pasos de cara a aceptar las vías legales, “pero no suficientes”. Según indica, en esto es “determinante” el compromiso del preso respecto al reconocimiento del daño injusto causado y la voluntad para restaurar ese daño.

“Esto conecta con el principio de reinserción del preso, que es el objetivo más importante de la ejecución penitenciaria. Todavía no se han dado pasos suficientes en este sentido, ya que ni el relato ni la literatura de los presos va por ahí”, advierte.

Preguntado por la posibilidad de que una vez disuelta ETA le llegara uno de los 300 atentados pendientes de esclarecer, Subijana resalta que el juez “tiene que proceder como lo ha hecho hasta ahora, intentando celebrar un juicio con todas las garantías”.

“A partir de ahí, si llego a la convicción de que las personas acusadas han cometido el delito que se les atribuye tengo que aplicar el Código Penal se haya disuelto o no ETA. Aplicaré el Código Penal vigente en el momento que se cometió el delito, salvo que las leyes posteriores sean más favorables al acusado siguiendo el principio de la retroactividad”, ha indicado.

ONGI ETORRIS

Por último, y cuestionado por los recibimientos a presos, cree que es “evidente que revictimizan a los que han sufrido en sus carnes la violencia de ETA y a las víctimas concretas de esas personas a las que se les hace el recibimiento”.

“Es indiscutible que vuelven a generar a las víctimas un dolor adicional y por tanto el mensaje que se les traslada no es de reconocimiento del daño causado, sino de ratificación de lo realizado. A partir de ahí, si eso conlleva una connotación penal por enaltecimiento del terrorismo o humillación a las víctimas, habría que analizar cada caso y hacer la lectura de si esa conducta no solo ha revictimizado sino también humillado o vejado a las víctimas”, aclara.

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