Tailandia celebra el primer cumpleaños del rey Vajiralongkorn en el trono

Tailandia celebró hoy el cumpleaños del rey Vajiralongkorn, el primero desde de su ascenso al trono a finales del año pasado, con ceremonias religiosas, ofrendas a monjes y acciones caritativas en todo el país.

El jefe de la junta militar y primer ministro tailandés, Prayuth Chan-ocha, encabezó en Bangkok una delegación con sus ministros y altos cargos del gobierno que dio limosna a 650 monjes budistas, acto dirigido a recabar méritos para el soberano según la creencia budista.

Ceremonias similares fueron organizadas por agencias gubernamentales, gobiernos provinciales y oficinas de distrito, mientras que hospitales como el de Chiang Mai, en el norte del país, organizaron donaciones de sangre.

La compañía estatal de correos emitió un sello conmemorativo, el primero con la imagen del nuevo rey, para el 65 aniversario del monarca, cuya celebración ha sido precedida en los días previos con otros actos como la suelta de peces y tortugas.

El gobierno tailandés, encabezado por los generales que tomaron el poder en el golpe de Estado de 2014, había llamado a la población a decorar sus casas con la bandera nacional durante la jornada, declarada festiva.

Vajiralongkorn fue proclamado rey de Tailandia el 1 de diciembre de 2016 tras la muerte de su padre, Bhumibol Adulyadej, dos meses antes, el 13 de octubre, pero no será coronado hasta después de la ceremonia de cremación prevista para el próximo 26 de octubre.

El nuevo soberano ha vivido gran parte de su vida en el extranjero desconectado de los quehaceres de la Corona y no ha heredado la popularidad de la que gozó su padre.

Desde su ascensión al trono, Vajiralongkorn ha fortalecido sus poderes con la aprobación de varias reformas legales que, entre otros, han puesto bajo su única autoridad el vasto patrimonio de la Corona y varias agencias estatales responsables de su seguridad.

La información sobre la monarquía tailandesa es un asunto muy sensible en el país debido a la ley de lesa majestad, que castiga con penas entre 3 y 15 años de cárcel a quienes critiquen o emitan comentarios que se consideren insultantes para la familia real.