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Tiendas de campaña es la principal necesidad de los refugiados saharauis

Tiendas de campaña es la principal necesidad de los refugiados saharauis

EFE

Campo de refugiados de Esmara (Argelia) —

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Samiha, de 43 años, tiene las yemas encallecidas por la tierra, pero aún así la aguja y el hilo bailan con destreza al compás que marcan sus dedos, entrando y saliendo en la lona.

Pese a que las lluvias torrenciales han arruinado su hogar y destruido el aprisco donde encerraba sus cabras, está contenta: hace unas semanas llegaron los 60 metros de lona y los 82 metros de hilo de cordel necesarios para coser su nueva jaima (tienda de campaña).

Si nada se tuerce, si las nubes no vuelven a regalar trombas de agua a sus hijos del Sahara, en una semana, con ayuda del resto de las mujeres de la familia y varias vecinas, tendrá un techo sobre su cabeza.

“Necesitamos alimentos, es básico. Pero la prioridad debe ser el envío de tiendas de campaña. La gente necesita un lugar donde resguardarse del calor que aún hace de día y el frío de la noche”, explica a Efe Adda Brahim, gobernador del campo de refugiados saharaui de Esmara.

“No hace falta que sean tiendas ya hechas, son preferibles lonas de material muy resistente e hilo. Nuestras mujeres saben cómo coserlas”, reitera en el interior de una gran jaima cedida por el Ejército argelino, sede eventual del gobierno ante el deterioro que ha sufrido el edificio público de adobe.

Brahim, que gestiona una de las wilayas (provincias) menos afectadas por las lluvias, agradece las carpas enviadas por la ONU, pero advierte de que el tipo de material del que están construidas no se adapta al extremo clima de esta zona de desierto.

“Una tienda debe resistir entre cuatro o cinco años. Ese es el tiempo de vida establecido. Muchas de las que han llegado se habrán deteriorado en menos de un año y, en ese tiempo, muchos no habrán podido reconstruir su casa”, recalca.

De acuerdo con los datos proporcionados el miércoles a Efe por el ministro saharahui de Cooperación, Brahim Mujtar, las lluvias han dejado sin hogar a más de 11.500 familias, es decir en torno a 50.000 personas, una tercera parte de la población total que se calcula vive en los campos de refugiados en Argelia.

Además, en lo que se refiere a alimentos, han afectado al cien por cien de los refugiados, ya que toda la ayuda alimenticia ha quedado anegada por el agua y el barro, recalcó el responsable de Cooperación.

La zona más afectada es la provincia de Dahla, la más meridional, donde se ha perdido más del 95 por ciento de las viviendas, seguida de Auserd, con cerca del 75 por ciento de su superficie habitada arruinada, y la que menos el campo de refugiados de El Aiun, con un 35 por ciento.

Según las autoridades saharauis, la ONU se ha comprometido a enviar unas 4.000 tiendas de campaña, de las que 900 han sido repartidas ya, principalmente en Dahla, pero también en el resto de las wilayas.

Además, se ha comprometido a adelantar el envío regular de lonas y de hilo correspondiente al mes de noviembre para intentar paliar la desgracia, mientras la lenta burocracia de la cooperación se pone en marcha.

La lona con la que Samiha y las mujeres de su familia cosen su futura tienda es parte del cargamento entregado a varias familias en octubre, poco antes de que las nubes descargaran toda su furia sobre sus refugiados del desierto occidental.

“Íbamos a empezar el trabajo justo cuando las lluvias comenzaron. Ha sido un regalo del cielo”, explica la mujer en el patio de la que fuera su casa, con enseres alrededor de la misma para que el calor de otoño, aún plomizo, los seque.

“Si dios quiere, (los hombres) pondrán la estructura en los próximos días y podremos vivir en ella dentro de pocos días”, afirma con una sonrisa.

A su vera, Bachir, miembro del protocolo del gobierno saharaui, aclara los números: una buena tienda de tela, resistente al calor infernal del verano y al frío abisal de las noches de invierno, al siroco que barre los desiertos y a la lluvia que los anega, cuesta unos 400 euros.

“Nosotros calculamos que se necesitan unos 5.000 tiendas de campaña. Hemos recibido ya varias de la ONU y sobre todo de Argelia, que es el país que más nos ha ayudado”, detalla el gobernador de Esmara.

“España solo nos ha ofrecido 200.000 euros, aún no está claro de que manera. Mire cuantas tiendas de campaña y lona se puede hacer con eso. Estoy seguro de que España tiene tiendas de campaña, como las que han enviado a Líbano o Afganistán”, se queja.

Una ayuda que, según Sara León, técnico de la Coordinadora Estatal de Asociaciones de Ayuda al pueblo Saharaui (CEAS), es claramente insuficiente.

“Según la información que tenemos, ya hay comprometidos por parte de gobiernos autónomos y organizaciones no gubernamentales cerca de 800.000 euros más, y esperamos que se incremente en los próximos días”, explica.

Dinero con el que los saharauis esperan rellenar sus famélicas neveras, sus agotadas boticas y, como Samiha, coser un techo para sustituir el que las nubes han arrebatado a sus hijos.

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