Turquía conmemora a las víctimas del fallido golpe de Estado de julio de 2016

Miles de personas se reunieron hoy en Estambul en el gran puente del Bósforo para recordar a los más de 30 muertos que se produjeron en ese lugar en la noche del 15 de julio de 2016, durante el fallido golpe de Estado contra el gobernante partido islamista AKP y el presidente, Recep Tayyip Erdogan.

En medio de un mar de banderas turcas en ese simbólico puente, que conecta el lado europeo y asiático de Estambul, la muchedumbre coreó el nombre de Erdogan y glorificó a los soldados y a la nación turca.

Fue el acto más representativo de una conmemoración que se extendió por todo el país para recordar que hace dos años una facción rebelde del Ejército se desplegó en el puente y otros accesos de la ciudad, ocupó los principales aeropuertos del país y bombardeó el Parlamento en Ankara.

Un total de 248 civiles y soldados murieron y otras 2.200 personas resultaron heridas en los enfrentamientos.

Erdogan, que desde hace una semana es presidente con amplios poderes ejecutivos, visitó hoy en Ankara la tumba de varios civiles y soldados que murieron durante la asonada y se reunió con sus familiares.

Todos los canales de televisión, incluso las emisoras deportivas, emitieron hoy programas especiales y entrevistas con testimonios sobre la noche del golpe.

Las 81 provincias del país realizaron actos conmemorativos e incluso algunas mezquitas llevaron a cabo un rezo especial en honor a los civiles que salieron a la calle a defender al gobierno.

Dos años después de los violentos sucesos, no se conocen aún todos los detalles y desde el partido opositor socialdemócrata CHP aseguran que el AKP y Erdogan “dejaron pasar” el golpe para poder usarlo en su beneficio político después.

De hecho, tras la asonada, el gobierno turco acusó a la cofradía del clérigo islamista Fethullah Gülen, exiliado en EE.UU., y lanzó una caza sin precedentes contra sus supuestos seguidores.

La cofradía fue durante años aliada del islamista AKP y era conocida por ocupar altos cargos en la Administración, la Judicatura, la Policía y en menor medida, el Ejército.

Cinco días tras el alzamiento, el gobierno impuso el estado de emergencia, e inició una purga con el despido de más de 130.000 funcionarios, mientras que unas 70.000 personas, entre ellos muchos militares, académicos y periodistas, fueron detenidas y siguen en gran parte todavía en prisión preventiva.

En los tribunales turcos siguen numerosos procesos contra militares acusados de golpismo y cientos de personas fueron condenadas en los últimos dos años a cadena perpetua.

En su reunión con familiares de las víctimas, Erdogan recordó hoy que la lucha “antiterrorista” no se limita a los “gülenistas” (seguidores de Gülen), sino que el país aún lucha contra la guerrilla kurda PKK y el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

“Esta año hemos neutralizado cerca de 1.400 terroristas en operaciones en nuestra frontera y en el norte de Irak”, dijo Erdogan en un discurso en el palacio presidencial.

El gobierno turco usa habitualmente el término “neutralizar” para referirse a combatientes muertos, heridos o capturados.

Por otra parte, advirtió que cualquier niño que no conozca su religión, nacionalidad, lengua y Estado, “es un potencial objetivo para las organizaciones terroristas”.

Coincidiendo con este segundo aniversario, Erdogan emitió hoy siete nuevo decretos presidenciales, en los que cambió el funcionamiento de algunas instituciones del Estado.

Estos decretos son una de las prerrogativas que le concede el nuevo sistema presidencialista, en vigor en todo su alcance desde la semana pasada.

De la nueva normativa destaca la decisión de colocar las Fuerzas Armadas a merced del Ministerio de Defensa, actualmente dirigido por el exjefe del Estado Mayor, Hulusi Akar, un estrecho aliado del presidente.

Por Lara Villalón