La UE y Rusia celebran mañana una cumbre con la tensión de Ucrania de fondo

La Unión Europea y Rusia celebrarán mañana en Bruselas una nueva cumbre en la que abordarán sus relaciones bilaterales con el telón de fondo de la crisis política ucraniana, sobre la que ambas potencias mantienen posiciones encontradas.

El líder ruso, Vladímir Putin, participará junto a los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, en una cumbre de formato reducido, en la que les acompañarán únicamente sus principales consejeros y que durará unas dos horas y media, según fuentes comunitarias.

Con Putin también viajará su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, quien además de participar en la cumbre tiene previsto entrevistarse en Bruselas con el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen.

“Nuestros intereses comunes son muchos y nos animan a trabajar juntos de manera constructiva”, aseguró Van Rompuy en un comunicado previo a la cumbre, en el que dejó claro que la UE y Rusia también mantienen “varias diferencias que necesitan ser discutidas y aclaradas”.

Las discusiones entre los líderes se centrarán tanto en “intereses comunes” como en “las diferencias a la luz de recientes acontecimientos”, incluyendo las respectivas iniciativas de integración económica, su vecindad común o cuestiones comerciales como sus obligaciones como miembros de la Organización Mundial del Comercio, según fuentes comunitarias.

Está previsto que dentro del capítulo de política de vecindad aborden inevitablemente la situación en Ucrania, donde la tensión sigue incrementándose entre el Gobierno de Víktor Yanukóvich y las fuerzas de la oposición y manifestantes que piden más libertades democráticas.

“Seguiremos desarrollando una importante relación, pero quizás con más claridad política sobre los recientes acontecimientos”, señalaron hoy fuentes comunitarias.

En noviembre pasado, el régimen de Kiev se negó a firmar en el último minuto un acuerdo de asociación con la UE y optó por acercarse más a Moscú a través de un préstamo sin condiciones de 15.000 millones de dólares y una rebaja en los precios del gas importado de Rusia, lo que desencadenó protestas y manifestaciones masivas pidiendo un acercamiento a Europa.

Según las fuentes de la UE, un acuerdo bilateral con Ucrania no habría impedido a este país “profundizar sus relaciones con Rusia”, a menos que esos dos Estados pertenecieran a una unión aduanera.

La UE se ha ofrecido a ayudar a fomentar el diálogo entre las autoridades ucranianas y la oposición con vistas a que cese la violencia en las calles, y por esa razón se ha desplazado hoy de nuevo a Kiev el comisario europeo de Política de Vecindad, Stefan Füle, igual que lo hará más adelante esta semana la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton.

“No es una interferencia enviar a nuestra gente a Kiev. Hablamos con todas las partes. El objetivo final es acabar con la violencia”, destacaron las fuentes europeas, mientras que Rusia afirma que está dispuesta a actuar como mediador si Ucrania se lo solicita.

Rusia también difiere con Bruselas sobre la posibilidad de adoptar medidas contra Ucrania que repercutan en la relación con ese país, ya que considera que no hay que utilizar “el lenguaje de las sanciones” con Kiev sino el del “apoyo y la asistencia”.

En paralelo, la UE y Rusia harán un balance de las negociaciones para un nuevo acuerdo de asociación y para liberalizar los visados, y abordarán asuntos como los derechos humanos, la situación en Siria, el proceso de paz en Oriente Medio o los avances en la negociación sobre el programa nuclear iraní.

La Federación Internacional de Derechos Humanos instó en una carta abierta a la UE a que con ocasión de esta cumbre “denuncie las violaciones de los derechos humanos que se cometen en Rusia”, a sólo dos semanas del inicio de los Juegos Olímpicos de Invierno en la ciudad rusa de Sochi, “a las puertas del Cáucaso, una parte de Rusia atrapada en la arbitrariedad y la violencia”.