La UE cuenta con el apoyo de los nobel europeos, aunque necesita reformas

La mayoría de los ganadores este año del Premio Nobel nació en Europa y confía en el futuro de la UE a pesar de los problemas y de que tenga que introducir algunas reformas y acercarse más a sus ciudadanos.

Los laureados en Química Bernard Feringa y Jean Pierre Sauvage, en Física Michael Kosterlitz y en Economía Bengt Holmström, cuatro de los ocho europeos que este sábado recibirán el premio Nobel de manos del rey Carlos Gustavo, compartieron con Efe sus ideas sobre la Unión Europea.

Así, el francés Sauvage (1944) se definió “profundamente proeuropeo”. Aunque nacido en París, vive y trabaja en Estrasburgo (noreste), “una región que pasó de Francia a Alemania constantemente durante siglos y guerras”.

En esa región, la gente es “muy favorable a la idea de Europa”, por eso la actual incertidumbre por el “brexit”, el aumento de los nacionalismos o del euroescepticismo se vive como una “situación muy angustiosa”, aseguró Sauvage, ganador del nobel por sus estudios sobre moléculas que han permitido desarrollar la máquinas a escala nanométrica.

Sin embargo, se mostró crítico con la “demasiada prisa que nos hemos dado en construir Europa. Empezamos siendo seis (...) y, de pronto, somos ya 28. Lo hemos hecho en un periodo, quizás, demasiado corto y tal vez por eso la gente no lo ha entendido”.

Para Sauvage, el problema puede ser que a los europeos no se les ha explicado bien el porqué de esas nuevas entradas de miembros y sus plazos, pero “es imprescindible que haga todo lo posible para convencer a sus ciudadanos de que Europa es el futuro”.

Y para ello, la UE debería “asumir el mando. Mostrar al mundo que podemos unir a nuestra comunidad y llevarla hacia el futuro invirtiendo en educación, en ciencia básica, en definitiva, invirtiendo en el futuro”, aseguró el holandés Feringa (1951).

El creador del primer nanocoche molecular -está previsto que en 2017 se realice una carrera con varios de ellos bajo los focos de potentes microscopios y sobre una nanopista de oro- abogó por fortalecer los programas europeos de investigación que lleven a la ciencia y a la competitividad a la “excelencia”.

Sin una ciencia de primer nivel “no daremos grandes pasos en tecnología y sin ella ¿cómo mantendremos el bienestar de nuestras sociedades dentro de 30 años?”, se preguntó el químico, pues para entonces serán necesarias nuevas técnicas para generar energía o para hacer crecer la comida del futuro, aseguró.

Desde el punto de vista del nobel de Economía Berg Holmström, premiado por su contribución a la Teoría de los Contratos, si la Unión Europea “quiere continuar y tener éxito, de alguna manera tiene que redefinir sus prioridades”.

Homström (Helsinki, 1949), que reside en Estados Unidos y trabaja en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), aseguró que no es “un experto en el tema”, pero estimó que la UE “tiene que hacer algo con su sistema de gobernanza y sus normas básicas, para hacerlas más claras y sencillas”.

Uno de los tres premios nobel de Física, todos ellos británicos, es Michael Kosterlitz (Aberdeen, 1943) que reside y trabaja en Estados Unidos, aunque “por supuesto” piensa en los problemas de la UE.

“Mis padres -relató- fueron refugiados a causa de Hitler. Mi padre tuvo que abandonar Alemania en 1934 hacia Gran Bretaña, hasta donde le siguió su novia y se casaron en Glasgow (Escocia)”.

Con el aumento de los nacionalismos en todo el mundo “no puedo evitar ver la sombra del régimen de Hitler volviendo, lo que me parece muy atemorizador”, señaló el físico, quien también mostró su inquietud ante la llegada de Donald Trump a la presidencia estadounidense.

A pesar de su visión preocupada, Kosterlitz aseguró que es partidario de la Unión Europea y calificó de “estúpida” la salida del Reino Unido, “es la única palabra que puedo usar para describir ese disparate”.