La dimisión de Abás al frente del Comité de la OLP, una estrategia para renovarlo

El anuncio de dimisión de Mahmud Abás como presidente del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), sin efecto inmediato, es una estrategia para renovar ese organismo, que podría abrir la puerta a cambios en la política palestina.

Tras una reunión anoche del Comité, se difundió la intención de su presidente de presentar su renuncia al frente del organismo, junto a otros nueve de los dieciocho miembros, en un movimiento que considerado por muchos como un acto “simbólico” o “estratégico”.

Estas dimisiones, según la normativa interna, son imprescindibles para poder convocar una reunión de urgencia del Consejo Nacional Palestino (CNP), órgano legislativo de la OLP y responsable de la designación de los integrantes del Comité.

Por tanto, la dimisión de Abas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), no indica necesariamente una voluntad de abandonar su cargo al frente de la OLP, donde sustituyó al histórico líder palestino Yaser Arafat, sino que, a corto plazo, pretende forzar una renovación de este órgano, cuyo representante más joven supera los 60 años y que no se reelige desde hace casi dos décadas.

“No está claro si planea distanciar a sus rivales políticos de posiciones de influencia o si prepara sobre el terreno su retirada”, escribe hoy el periodista Jack Jury en el diario “Haaretz” y resalta que fuentes próximas al rais (presidente, en árabe) descartan su intención de “inyectar sangre nueva” al liderazgo palestino.

“Quieren convocar una reunión del CNP para lograr un Comité Ejecutivo más fuerte”, dijo a Efe el veterano político palestino Mustafá Barguthi y miembro de la OLP.

El objetivo es, sostuvo, convocar una sesión “de emergencia del CNP”, que no se reúne desde 2009.

Con las dimisiones de anoche, “se evita pedir un encuentro por los cauces regulares, que llevaría mucho tiempo y requeriría un quórum de dos tercios”.

“El Comité Ejecutivo está de acuerdo en pedir una reunión extraordinaria del CNP tan pronto como sea posible”, anunció anoche Saeb Erekat, nombrado recientemente secretario general de la OLP y que fue uno de los que dimitió.

El gesto sucede a semanas de rumores que anuncian la posible dimisión de Abás no al frente de la OLP, sino de la Autoridad Nacional Palestina (órgano de gobierno de facto en Cisjordania).

El periodista Talal Okal en el diario “Al-Ayyam” -afín al Ejecutivo palestino- aseguró recientemente que habría una reunión del CNP antes de finales de año.

Por el momento, no ha sido anunciada la fecha en la que se celebrará el encuentro, en el que cabe la posibilidad de que Abás vuelva a ser nombrado líder, pero se espera que sea el próximo mes de septiembre.

Erekat también ha reiterado su intención de renovar la OLP, a la que ha invitado a unirse a los movimientos islamistas Hamás y Yihad Islámica, históricamente excluidos de este organismo que representa a los once millones de palestinos que viven en Gaza, Jerusalén Este, Cisjordania, Israel y en la diáspora.

“Funcionarios de la OLP dicen que una reunión del CNP que no incluya a Hamás o la Yihad Islámica no atraerá un amplio apoyo del público palestino”, opina Jury sobre uno de los principales problemas que enfrenta la política palestina, la división interna.

“En las próximas semanas, se esperan esfuerzos para incluir a las demás facciones en la moción, aunque las perspectivas de tal medida parecen escasas a la luz de la brecha y animosidad entre la Autoridad Palestina y Hamás”, sostiene este autor.

Hamás, al frente del Gobierno de Gaza, y el nacionalista Fatah, liderado por Abás y a cargo de Cisjordania, están enfrentados desde 2007 y todos los intentos de reunificación han resultado fallidos, incluido el Ejecutivo de unidad elegido el pasado año y que no ha logrado servir para que las principales facciones palestinas superaren sus desavenencias.

El paso dado por Abás, que no ha explicado sus intenciones, abre la puerta a la elección de nuevos cargos en el máximo órgano de la OLP, que podrían propulsar cambios sustanciales en la política palestina y en sus relaciones con el mundo árabe y con Israel.