Los antigüeños no esperan a la Cumbre Iberoamericana

“Póngame seis quetzales”. Ajena a la reunión de grandes líderes iberoamericanos que se celebra a unas calles de donde cada día prepara sus tortillas de segundo tiempo, las de mediodía, en un comal de barro que fue antes de su madre y antes de la madre de ella, Isabel atiende a sus clientes con diligencia. Prepara una tanda. Estira otra.

“¿Qué es eso? No conozco seño”, asegura la mujer kaqchikel a EFE sobre la XXVI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado de Gobierno que se celebrará durante dos días en su ciudad, en Antigua, y que reunirá a unos 16 presidentes de la región con el objetivo de buscar un desarrollo sostenible e inclusivo.

Bajo el sol de mediodía, la que fuera capital de Guatemala, que parece haber quedado recluida en el tiempo de la colonia, sigue entre sus idas y venidas. Centenares de vendedores ambulantes ofrecen tejidos típicos, artesanías, juguetes hechos a mano, micheladas -cervezas-, granizadas y tortillas.

Mientras tortea -moldea con sus dos manos la tortilla- y vigila a sus hijos pequeños, que juegan en el suelo entre sus pies con unos automóviles de plástico, Isabel insiste en que no sabe qué es la Cumbre, para qué sirve, quien viene o cuanto dura.

“Pero habrá más turistas”, piensa, y acto seguido curva la comisura de sus labios y una leve sonrisa se dibuja en su rostro, marcado por el paso de los años.

La mujer, la mayor de ocho hermanos y con cinco hijos a su cargo, sólo puede pensar en cómo alimentar a sus pequeños a la hora de la cena. La de hoy. La inclusión, la prosperidad y el desarrollo - los lemas insignes de esta cita que se celebra por primera vez en Guatemala- no han llegado a su puesto. Ni a su vida. Ni a su familia.

Tampoco a la de Lourdes.

Esta mujer joven, de tez morena y pelo color azabache, que prepara una capuchino con leche deslactosada y un poco de canela en una tienda a un costado del parque central, sólo piensa en sus labores.

“Todos seguimos trabajando”, asegura mientras vierte la leche con una sonrisa tímida.

Por ahora no ha notado un aumento de clientes, pero tiene la esperanza de que para “los últimos días de la semana” haya más afluencia. Los turistas, sobre todo estadounidenses y europeos, siguen entrando para probar “uno de los mejores cafés de Antigua”.

Parece que los habitantes de esta ciudad, flanqueada por tres volcanes, viven ajenos e indolentes a este evento político, el mayor que alberga Guatemala en toda su historia.

Y serán los líderes de la Comunidad Iberoamericana los que buscarán cómo enfrentar las desigualdades, la pobreza, el hambre, la violencia o la degradación ambiental en su XXVI Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno bajo el paraguas de la Agenda 2030 con el fin de promover un futuro sostenible para la región.

Los presidentes y representantes de los 19 países de América Latina y los tres europeos (España, Portugal y Andorra), integrantes de una Comunidad Iberoamericana que busca sentar un precedente en la historia, delinearán su futuro el próximo 16 de noviembre.

Un futuro que esperan que alcance a gente como Isabel y a Lourdes. A la gente de a pie.