La artesanía contemporánea española se amplia al exterior ante la crisis

Un total de seis artesanos españoles están presentes este fin de semana en el Salón Europeo de Artesanía Contemporánea Resonances, que se celebra en Estrasburgo (nordeste de Francia), con el objetivo de ampliar mercados en el exterior “ante la caída de la clientela por la crisis económica”.

Es el caso de la diseñadora de joyas Ximena Walker, que llega desde Madrid y Segovia con sus diseños en plata y detalles en oro para “abrir un nuevo campo comercial y estar presente en el circuito europeo de la artesanía contemporánea”.

Sus diseños, que se venden en la tienda del Museo Guggenheim de Bilbao, se pueden comprar desde 20 euros (unos pendientes circulares, “hechos uno a uno”) hasta 700 euros (una caja de latón con un “puppy” en plata con la nariz de oro).

También propone sus realizaciones en tiendas y museos la diseñadora de joyas de Santiago de Compostela Rosa Méndez, que repite en el salón Resonances, después de que el año pasado le fuera “bien”.

Sus joyas han recorrido varias ferias de artesanía de Francia y Alemania y calcula que el 80% de su obra se la llevan clientes extranjeros. “Dependemos de salir fuera”, asegura.

Aunque la mayoría de su obra son joyas sopladas en vidrio, también experimenta con otros productos, como el caucho de cámaras de bicicleta reciclado, con el que creó una colección de colgantes y pulseras, que fue finalista en los Premios europeos de artesanía en el Salón Eunique, en Karlsruhe (Alemania).

También repite en Resonances el creador artístico en vidrio Luis Parades, que viene de Asturias con una colección de piezas únicas de pequeñas casas en vidrio. “Cada una tiene su historia y el conjunto, muchas horas de investigación”, señala. Su precio, desde 150 euros.

Asegura Parades que “aquí se vende más que en España, por razones culturales, por el valor que se da a las artes aplicadas, por desarrollar nuevas ideas y por una vocación muy aperturista”.

Habitual de las ferias internacionales, coloca fuera de España el 90% de su obra.

También vende más fuera de España la creadora de bolsos Lidia Caravia, que con su firma Tilomar, se estrena en la feria de Estrasburgo con piezas de piel de cordero, vaca y búfalo, y un precio medio de algo más de 200 euros.

En un ambiente rural, ha vuelto a sus orígenes al fabricar en su taller cercano a Villaviciosa (Asturias) piezas que diseñó hace 25 años.

Completan la presencia española en el salón Resonances el diseñador de joyas de Gijón (Asturias) Alfredo Escalada, y los diseños de joyas con dibujos en resina y plata de Lamai.

Lamai son Maite (la que piensa y pinta) y Blanca, (la que hace que la resina parezca porcelana). Trabajan entre Navarra y Madrid, y llegan por primera vez a Resonances con broches, pendientes, anillos y colgantes que venden a entre 45 y 80 euros.

Sus joyas están presentes en tiendas, museos y galerías de 13 países, entre ellos Estados Unidos, Australia, Alemania, Holanda y, sobre todo, Francia y Bélgica.

La segunda edición de Resonances reúne a 185 creadores de Francia, Alemania, España, Bélgica, Italia y Suecia en un espacio de 6.000 metros cuadrados.

Entre ellos, hay lacadores, ebanistas, zapateros, modistos, escultores de animales, grabadores en piedra, calígrafos contemporáneos, grafistas, creadores de bolígrafos, cesteros, cuchilleros, bordadores, marqueteros, iluminadores, forjadores...

El Instituto Nacional de Oficios de Francia recoge 217 especialidades repartidas en 19 sectores. Y el vicepresidente de la organización profesional Ateliers d'Art de Francia lo deja claro: “un artesano artístico es un creador, porque nosotros somos sobre todo creadores”.

El salón permanece abierto hasta el próximo lunes, día festivo en Francia por el armisticio de la Primera Guerra Mundial.

Javier Aguilar